Un salvaje hecho de violencia de género que casi termina en tragedia causó conmoción en toda una comunidad. Afortunadamente, el potencial femicida no logró cumplir con su cometido y las víctimas fueron resguardadas por los mecanismos de la Policía.
Según pudo saber Nuevo Diario, todo ocurrió cerca del mediodía de este lunes, en el paraje Molle, del departamento Avellaneda. Allí, un hombre de apellido Altamiranda se embriagó y comenzó a vociferar insultos y amenazas hacia su pareja, situación que sería usual, según informaron las víctimas.
Además, también agredió verbalmente a sus hijos e hijastros, siendo 6 en total, resultado de una familia ensamblada. En un determinado momento, y mientras repetía a su concubina que la iba a matar, agarró una silla y se la arrojó, siendo la misma atajada por uno de sus hijos, lo que provocó aún más furia en el hombre, que agarró un cuchillo con intenciones de cometer un femicidio.
Fue entonces que las víctimas huyeron del domicilio y se refugiaron en la parte de atrás de la casa, pero el violento, cuchillo en mano, los siguió. Fue entonces cuando decidieron huir hacia una iglesia, donde pensaron que ya estaban a salvo. No obstante, el violento logró seguirles la pista e ingresó al recinto, donde comenzó a decirle a la mujer "todo esto es tu culpa, de una piña te voy a matar", para luego propinarle un puntapié.
Por fortuna, el alcoholizado agresor no cometió un femicidio en el lugar, y las víctimas pudieron ocultarse en una casa abandonada, donde Altamiranda no los encontró. Todo esto fue denunciado por una de las damnificadas, lo que propició la detención del encartado. Asimismo, se recopiló el testimonios de los hijos, hijastros y madre, y se les entregó un botón antipánico.