Tasha Haefs es una mujer de 35 años oriunda de Kansas City, en los Estados Unidos, cuyo caso judicial desconcertó a todo el país. La mujer estaba acusada de decapitar a su hijo de 6 años con un destornillador, pero fue declarada inimputable.
Un juez del condado de Jackson colocó a Tasha bajo la custodia del Departamento de Salud Mental de Missouri. De acuerdo al diario Kansas City Star, la medida se dio producto de haberla encontrado “mentalmente incapacitada” para ser juzgada.
Haefs había sido acusada de asesinato en primer grado y acción criminal armada, tras el asesinato de su hijo Karvel Stevens. En febrero pasado, la policía había llegado a la casa después de un llamado al 911 por parte de la mujer.
De todas formas, un vocero de la Oficina del Fiscal del Condado de Jackson, donde ocurrió el crimen, explicó a la prensa local que la salud mental de la mujer será reevaluada después de varios meses de tratamiento, para ver si puede ser juzgada posteriormente.
Los estremecedores detalles del casoElla había acusado en su llamado al 911 que “el diablo estaba tratando de atacarla”, de acuerdo a la prensa local. Los policías observaron manchas de sangre en las escaleras y por la ventana vieron la cabeza decapitada de un nene. Los agentes forzaron la puerta y se toparon con Haefs cantando y cubierta de sangre, con una herida punzante en un muslo y varios rasguños.
La policía, una vez dentro de la casa, encontró el cuerpo de un niño de 6 años decapitado en la cocina, a un perro sin cabeza en el sótano, dos cuchillos y un destornillador ensangrentados. Haefs confesaría posteriormente que mató a su hijo en la bañera de su casa.
De acuerdo a los testimonios de la familia, la mujer venía luchando desde hace muchos años contra la adicción a las drogas, la depresión, los traumas graves y las alucinaciones.
