Justamente a mí me vienen a robar”, afirmó José Antonio Varela (69 años), conocido popularmente como “Vilila”. Sus palabras tienen una razón. Es una persona muy solidaria. Siempre está dispuesto a ayudar a quien le pida un favor: una inyectable, una llamada telefónica a un médico para que atienda a un vecino o cualquier otra persona, o solicitar medicamentos para los enfermos que no tienen para comprarlos.
No pudo ocultar las lágrimas ante la sustracción de $ 10.000 que era fruto de los ahorros y de sus haberes como jubilado. “Me dejaron sin un peso y no tengo para pagar la luz y el agua o comprar la comida”, señaló a Nuevo Diario.
El hecho delictivo sucedió el lunes pasado. “Vilila” salió de su domicilio a las 9 de la mañana para ir al médico y regresó a las 12.30. Desde el frente de la vivienda de Chasqui 559 del barrio Sarmiento, todo estaba en orden. Abrió la puerta con la llave y apenas hizo unos pocos pasos, comprobó que la ventana del dormitorio de su sobrina —quien se encontraba trabajando— estaba abierta. De esta manera, estableció que habían ingresado a robar.
“Vilila” se trasladó hasta su habitación, donde vio que las prendas de vestir y otros bienes que estaban en la cómoda habían sido desparramados por el piso. Buscó un sobre en el que estaban sus haberes jubilatorios y unos ahorros. Los 10 mil pesos habían sido robados por los delincuentes.
“Violentaron la ventana de la pieza y rompieron el vidrio. Por ahí entró una persona muy pequeña”, señaló. En este sentido, los investigadores sospechan de un sujeto conocido como “Alvarito”, quien es de contextura física pequeña, y “Pitón”, ambos con frondosos antecedentes delictivos, aunque el último salió hace poco tiempo del Penal de Varones.
“Vilila” radicó una denuncia en la Comisaría Tercera.
Protagonizaron varios ilícitos en la zona
“Vilila” Varela no sería la primera víctima de los dos sospechosos que están en la mira de la Policía. “Pitón” (30 años) y “Alvarito” (18), quienes residen en el mismo barrio, serían los autores de otros hechos delictivos en la zona.
Su modalidad delictiva es siempre la misma: deambulan y vigilan a los vecinos hasta que se ausentan. No les importa la hora. Violentan puertas y ventanas, y se apoderan de bienes y dinero.
Recientemente lo sufrió la familia Paz, quien reside en Ramírez de Velasco y Colón, y Pato, de Granadero Saavedra casi Chasqui, entre otros vecinos. Además de robos, protagonizan arrebatos y hurtos de cualquier cosa que esté a su alcance.
Los sospechosos y otros sujetos se reúnen todos los días y a toda hora en la esquina de Granadero Saavedra y Vicente Salto (ex calle 8), desde donde realizan la ronda para “vigilar” a los vecinos. Asimismo, en esa esquina residen dos mujeres mayores solas (en distintas casas), quienes viven con miedo de que sufran el accionar de estos individuos.
