En un descuido, un delincuente ingresó a una propiedad y robó un perro de raza Pit Bull que estaba en el patio delantero. El can era asistente terapéutico de dos hermanos que padecen Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La denuncia fue realizada por una docente de 38 años, residente en el barrio Bosco III de la Capital, quien indicó a los efectivos de la Comisaría Comunitaria Nº 59 del barrio Belén que el viernes último, desconocidos le sustrajeron un perro Pit Bull de tres meses desde el interior de su propiedad.
Según pudo saber la damnificada, por los datos aportados por los vecinos, dos sujetos caminaban por inmediaciones de su casa con un perro entre sus brazos. Los desconocidos se dirigían por Calle 515 hacia el barrio Bosco II.
La denunciante indicó que el perro es mascota de sus dos hijos con diagnóstico de autismo, por lo que tras la pérdida de la mascota, los menores comenzaron a mostrarse tristes y lloran de manera constante. Según se conoció, el Pit Bull y los hermanos habían establecido un vínculo muy estrecho, ya que era el asistente terapéutico para el desarrollo de su tratamiento.
Los uniformados de la Sección Robos y Hurtos de la Departamental Nº 17 del barrio Belén iniciaron las averiguaciones y se pudo determinar que un vecino del barrio Bosco III, de 25 años, señaló que “un conocido le había solicitado que lo ayudara a vender un Pit Bull que había sustraído desde una casa”. Pero ante su negativa, el sospechoso se retiró aduciendo que “ya tenía un comprador”, mientras lo insultaba.
Con los datos aportados por el testigo, los efectivos se llegaron hasta una vivienda ubicada en el barrio Bosco II, donde se entrevistaron con una mujer de 24 años, quien indicó que “el fin de semana había comprado un perro Pit Bull a un vecino por la suma de 20.000 pesos, luego de que este le dijera que necesitaba plata para comprar comida para su casa”. La mujer hizo entrega voluntaria del animal, que posteriormente se encontró con los hermanitos.
