“Ofreció su vida a San La Muerte”, manifestó uno de sus amigos, luego de que encontraran a un joven ahorcado frente a la gruta de la imagen pagana.
El hecho sucedió ayer en el barrio Las Violetas, de la ciudad de Frías, departamento Choya. Fuentes ligadas a la investigación policial y judicial revelaron que durante la madrugada se encontraba un grupo de jóvenes en una gruta de San La Muerte y Gauchito Gil del segundo pasaje, del citado complejo habitacional. Entre ellos se encontraba Emanuel Santiago Pérez, un muchacho de 25 años, quien era reconocido entre sus amistades por los tatuajes que tenía, entre ellos uno de San La Muerte, del que era devoto, según revelaron sus familiares a los investigadores.
Alrededor de las 2.30, supuestamente, los amigos dejaron solo al joven para dirigirse a comprar bebidas. Esa circunstancia habría sido aprovechada por el joven para ahorcarse de un árbol que está en el lugar. Los voceros señalaron que, al regresar sus amigos, lo encontraron pendiendo de la planta, cortaron la soga y lo ascendieron a una motocicleta, en la que lo llevaron hasta el hospital zonal. Sin embargo, al llegar los profesionales de la salud certificaron que el joven se encontraba sin vida.
El hecho generó la intervención del personal de la Comisaría 23ª y del fiscal Dr. Juan Frías, quienes iniciaron la investigación. Los voceros señalaron que el funcionario judicial mantuvo una entrevista con los familiares de la víctima, quienes revelaron la devoción del joven fallecido por San La Muerte, lo que podría haber sido uno de los factores que derivaron en su drástica decisión.
El cuerpo fue trasladado a la morgue, donde se le realizó la autopsia. El forense concluyó que murió por ahorcamiento y advirtió que en los brazos y muñecas presentaba cicatrices de presuntos intentos de suicidio.
Un monje sería el origen de la deidad pagana
La devoción por San La Muerte se acrecienta con el paso del tiempo en todo el país, aunque con mayor fuerza en el Norte y el Litoral argentinos.
Una de las leyendas más conocidas del origen de la imagen pagana está relacionada con un monje jesuita, quien en desacuerdo se desprendió de la colonia evangelizadora de la zona, en los tiempos de Carlos III, y comenzó una tarea de ayuda al prójimo muy profunda y cercana a los enfermos de lepra. Multiplicó esta tarea junto a la oración y la predicación del Evangelio y se volvió muy popular.
Aunque le advirtieron muchas veces al monje que cesara con su tarea de ayuda independiente, no se doblegó. Finalmente, lo encarcelaron y, en protesta, ayunó de pie. Luego de un tiempo lo encontraron muerto en esa posición, con su túnica y un cayado que lo ayudaba a caminar.
Aquella imagen del monje muerto, según aseguran sus devotos, es la que se convirtió en la que se adora en distintos puntos del país.
Los delincuentes, entre sus seguidores
Los delincuentes están entre los seguidores de San La Muerte. Muchos de ellos “oran” ante la imagen antes de salir a concretar actividades delictivas, a fin de que sean “protegidos” de posibles ataques armados de las víctimas de los robos o de las fuerzas de seguridad. Tras los atracos, los ladrones dejan sus “ofrendas” que consisten en bebidas y hasta dinero.
Según la página virtual de San La Muerte, entre los múltiples poderes que se le atribuyen a la deidad se destaca el de hacer a sus devotos invulnerables al daño, además de inclinar a su favor la suerte en la fortuna y el amor.
Algunos de sus seguidores afirman que deben entregar una “ofrenda especial” para que se cumplan los pedidos, muchos de los cuales están relacionados a relaciones sentimentales y al poder.
En este sentido, algunos devotos ofrendaron “sangre humana” y concretaron aberrantes crímenes en Santiago y en otra partes del país, por lo que fueron encarcelados y algunos ya condenados.
