Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), como mecanismo democrático para dirimir la vida interna de los partidos y las alianzas electorales, están bajo serio cuestionamiento. Nadie quiere las PASO, entre los desafiados; sí las reclaman los desafiantes. No quieren PASO el kirchnerismo, ni la Casa Rosada para Cambiemos; y, notablemente, la misma discusión se da en la izquierda dura, entre el Partido Obrero (PO) y el PTS, que integran el Frente de Izquierda (FIT).
El caso más notable es el kirchnerismo porque se trata de los inventores de las PASO. La cosa viene de 2009, cuando en las elecciones legislativas, y en lo que fue un eco del duro conflicto con el campo, el empresario Francisco de Narváez derrotó en Buenos Aires a la lista “testimonial” encabezada por el propio Néstor Kirchner, Daniel Scioli, Nacha Guevara y el entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa.
Kirchner tomó dos decisiones: crear las PASO, un filtro para que nadie “por afuera” pudiera disputar (quien no es candidato en primarias no puede serlo en la general); y cambió el financiamiento de las campañas: sólo publicidad estatal, prohibida la privada, espacios en radio y TV provistos por el Estado. De Narváez (que ganó aliado a Felipe Solá, y a Mauricio Macri) había invertido sumas multimillonarias en esa campaña, y fue la manera de cerrar este juego.
Para todos estos cambios, como se recordará, se invocaron altos principios democráticos.
Cristina Kirchner no quiere competir ahora con quien fue el ministro del Interior que instrumentó las PASO, Florencio Randazzo. En sus filas lo trataron de “empleado”. Se pergeña una ingeniería: este 14 de junio se inscriben alianzas. Cristina será candidata por “otro” frente que ¡no incluye al PJ! Randazzo no representaría ningún riesgo para la ex mandataria. Sería arrasado, dicen las encuestas.
La única manera de explicarlo es lo que cree ser la ex presidenta, estar por arriba de todos, y no concebir el desafío. Cerrado el camino, no se sabe si Randazzo hará valer sus avales para el PJ —lo que será judicializado— o se irá a su casa.
Tampoco Macri quiere internas. Fue la orden de la Rosada. Así, por ejemplo, la UCR de la Capital desafiará al PRO con su figura, Martín Lousteau, por afuera. La Rosada también maniobra para voltear posibles primarias en Córdoba y Santa Fe, donde hay radicales enojados por el armado de las listas y el avance PRO.
¿Y la izquierda? “Estamos peor que Cambiemos y el PJ”, ilustró un alto dirigente. Allí el desafío al PO, que viene encabezando en Capital y Buenos Aires, es del PTS, con sus figuras jóvenes Nicolás del Caño y Myriam Bregman. Ya hubo interna presidencial en 2015, se recordará, cuando Del Caño derrotó al histórico Jorge Altamira, esfinge del PO.
Ahora Del Caño, fenómeno electoral que se alzó con una banca de diputado nada menos que en la conservadora Mendoza, se anotó en Buenos Aires, donde el diputado del PO Néstor Pitrola creía tener territorio alambrado. Y el PTS reclama ir a primarias por quien encabeza.