A muy pocas horas de la disposición del presidente Mauricio Macri del cambio del ministro de Hacienda y Finanzas, dividiéndolo en 2 ministerios: de Hacienda y de Finanzas, a cargo de Nicolás Doujovne y Luis Caputo, respectivamente, el economista Castor López entiende que “sólo se pueden trazar supuestos generales”.
“Está muy claro que la reactivación de la economía no tuvo la envergadura ni sucedió en los plazos que las expectativas, propias y externas, habían fijado como objetivo. Las mismas se habían sustentado en una rápida recuperación de la inversión, desde un paupérrimo nivel de sólo el 15% de la demanda agregada, mientras el consumo de un desmesurado 85% de la demanda total, inevitablemente se resentía. Es que las decisiones del siempre muy agradable consumo son casi inmediatas, mientras que las del sacrificio del ahorro y la inversión son mucho más reflexivas, mucho más aún en nuestro país, marcado en su ADN por una histórica volatilidad”, afirmó el economista.
Sobre Prat-Gay sostiene que “actuó con alta idoneidad en lo que es su especialidad: la negociación de las deudas. Así llegó a un rápido y muy conveniente acuerdo con los acreedores externos, lo que posibilitó inmediatamente el acceso a los imprescindibles créditos externos, desde una situación muy complicada, donde no era una posibilidad admisible la de continuar financiando el elevado gasto público con emisión de moneda, lo que permitió cubrir las necesidades financieras del año 2016 y de parte del próximo año 2017 de una forma más sana para la macroeconomía nacional”.
También entiende que Prat-Gay “resolvió muy bien lo que era muy complicado: la salida adecuada, rápida y simultáneamente de los llamados ‘cepos’ cambiario, comercial y financiero, sin dejar de hacer notar que el sinceramiento del tipo de cambio arrastró, si bien en mucha menor medida, los precios, haciendo muy dura la tarea conjunta con el BCRA de disminuir la tasa de inflación, al menos también en los tiempos que las expectativas, no siempre razonables, habían asignado”.
Para el presidente de la Fundación Pensar en Santiago, la salida del ministro “parece responder a la necesidad de una nueva etapa, en el segundo año de Gobierno, de acelerar el proceso de crecimiento económico basado más en el consumo interno y de bajar más rápidamente la inflación al 17% manual fijado en el presupuesto nacional, objetivos ambos que tienen varios puntos en conflicto y que Doujovne y Caputo asumen como renovados desafíos”.