El 25 de mayo la Argentina celebró el 213° aniversario de la Revolución de Mayo de 1810. El festejo principal en los Estados Unidos se realizó en la Embajada argentina, con la participación destacada de José Fernández, subsecretario para el Crecimiento Económico, la Energía y el Ambiente del Departamento de Estado.
Concurrieron al evento alrededor de 250 destacadas personalidades entre representantes de la Casa Blanca, funcionarios de diversas agencias, del Congreso estadounidense, de organizaciones de la sociedad civil y del cuerpo diplomático acreditado en Washington DC.
En las palabras que dirigió al auditorio, el embajador Argüello subrayó el carácter decisivo de los protagonistas de la historia para su desenlace: “los patriotas criollos, nuestros héroes, y los Padres Fundadores de los Estados Unidos, fueron partícipes necesarios de los grandes hechos de su tiempo”.
Asimismo, afirmó que el trayecto de las naciones libres y democráticas hacia la realización de sus ideales fundacionales no está exento de contradicciones ni se
encuentra garantizada. Al respecto, señaló que “nuestras democracias están lejos de ser perfectas: polarización, desigualdad y un cúmulo de demandas de nuestra
población que continúan insatisfechas son algunos de los más arduos temas que debemos resolver”.
En lo que refiere a la Argentina, a pesar de encontrarse en una coyuntura macroeconómica compleja agravada por la pandemia, la guerra y la peor sequía del último siglo, insistió en que “nuestro país sigue contando con alimentos, energía y minerales que el mundo requiere; un complejo industrial desarrollado, capaz de construir satélites y centrales nucleares; universidades públicas entre las primeras del mundo y recursos humanos capacitados. Todo ello en el marco de un sistema político estable y resiliente”.
Finalmente, expresó que “estamos viviendo un tiempo que vuelve a pedir de nosotros un compromiso redoblado” y dado que “no hay un día en el que el trabajo esté hecho y podamos descansar”, la lección de la historia, y de nuestros héroes, es ser “protagonistas de nuestra historia” y brindar “el máximo esfuerzo” para lograr “un mundo con más libertad, más igualdad y más justicia”
