¿Qué te queda por hacer? Fue una de las ultimas preguntas de Pablo Duggan a Cristina en la nota de C5N, - militar, que más- responde, sintetizando la larga entrevista bajo la concepción política que encarna, recordando que, contrariamente a los que muchos sostienen, la política no es el arte de lo posible, sino el arte de construir la fuerza social y política capaz de cambiar la realidad haciendo posible lo que hoy aparece como un imposible.
Ella es la estratega, no será candidata, algo imposible de imaginar por estas horas en la mayoría de sus fieles seguidores. Lo cierto es que lo posible pasa por el proyecto colectivo que va más allá de ella como candidata, pero también por su gran capacidad de ser la que nuevamente comande el armado electoral para intentar conducir el triunfo del Frente de Todos “lo de Alberto fue una buena estrategia” dijo de modo contundente.
Un tema central fue la cuestión del poder, del poder político, que presupone la libertad frente a las amenazas constante en el intento de ser secuestrada por el aparato judicial. Reconcilia poder y libertad, la única condición para volver a hablar de política, por ello, inteligentemente coloca hacia adentro la discusión sobre el sentido de la soberanía ¿qué queremos hacer con el poder político? Teniendo en claro esta última intención se entiende el pedido que hace en cuanto lograr un gran acuerdo político con todos aquellos dirigentes que tienen intención de gestión “es clave un acuerdo con todos los partidos políticos por el FMI”.
Queda evidenciado que no deja librado al azar por donde pasa el contenido del debate, se trata de un nuevo capitalismo con justicia social, paradigma que abre en las filas de sus militantes, confiada que “saben comprender textos” dando por contado su capacidad de amplificar el proyecto político, siendo así, no debería sorprenderles que el ministro de economía “que agarró una papa caliente” sea parte central del armado. Cristina desde una pedagogía política prepara a sus militantes.
En la nota advierte con claridad como el escenario político y social se manifiesta en un cierto desplazamiento dado por el descontento popular llamado bronca, en donde todavía el lenguaje y las prácticas de la mayoría de los políticos profesionales no han encontrado todavía la forma de ubicarse en el nuevo escenario, y es aquí donde descansa en su mayor capacidad: la de recrear la mística política.
Un 18 de Mayo elige la entrevista en C5N para dar comienzo a la semana de Mayo; un 18 de mayo de 1810 el Virrey Cisneros sale desesperado pidiendo lealtad al conservadurismo monárquico, la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder absoluto había caído. Un 22 de mayo Juan José Castelli demanda que la soberanía debía volver al pueblo… Cristina desliza en este escenario que inaugura que algunos personajes todavía quieren jugar a los monarcas absolutos prescindiendo del poder político, desconociendo la soberanía popular en alusión a la Corte Suprema de Justicia, en donde horas después la Procuración General va a considerar que la Corte Suprema no debe intervenir en las elecciones de Formosa.
Cristina prepara para el 25 de Mayo un acto político de poder popular, como aquel 25 de mayo de 1810.
