Preocupados por el impacto de la pelea declarada entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, Juntos por el Cambio mide el alcance en la provincia de Buenos Aires. Mientras Diego Santilli busca sortear un efecto adverso, tanto Patricia Bullrich como la Unión Cívica Radical (UCR) creen que sus candidatos saldrán fortalecidos.
Si bien el PRO negocia llegar a las PASO con un precandidato único tanto en Ciudad de Buenos Aires como en la Provincia, la jugada electoral del jefe de Gobierno porteño pateó el tablero y obligó a halcones y palomas a redefinir estrategias.
Puertas adentro de Juntos por el Cambio, está claro que la decisión de elecciones recurrentes en la CABA beneficia a Martín Lousteau en el mano a mano con Jorge Macri, sumado a que Rodríguez Larreta mantiene firmes las precandidaturas de Fernán Quirós y Soledad Acuña para ir minando la centralidad porteña del macrismo.
En territorio bonaerense, el escenario no está tan claro. El radicalismo cree que -al igual que en CABA- puede capitalizar la movida larretista y fortalecer un candidato propio, entre los que se perfilan Gustavo Posse, Martín Tetaz y Maximiliano Abad.
Pero también los halcones del PRO sacan pecho y no se muestran dispuestos a bajar a sus precandidatos Néstor Grindetti y Cristian Ritondo, mientras Patricia Bullrich se acerca cada vez más a José Luis Espert.
En el entorno de Santilli saben que es el precandidato de mayor conocimiento en el conurbano bonaerense y siguen de cerca hasta dónde calará en la interna provincial la pelea por el liderazgo PRO que Rodríguez Larreta está dispuesto a dar. Los intendentes del espacio también miden las consecuencias y, por el momento, se muestran a la espera, centrados en la gestión y en retener sus municipios.
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La pelea del PRO se traslada a la interna de Juntos por el Cambio
En la provincia de Buenos Aires, al no haber balotaje, las PASO funcionan casi como una primaria, por eso, el objetivo del PRO era el de llegar a agosto con un solo precandidato. Pero con la tensión en aumento durante las últimas horas, crecen las dudas.
Si bien desde uno y otro lado de la grieta PRO creen que en CABA el beneficiado es Lousteau, cerca de Patricia Bullrich están convencidos de que la precandidata presidencial sale fortalecida ante un eventual apoyo público de Mauricio Macri y, con ella, todos los que se sumen a su boleta en los distintos distritos del país.
Mientras la presidenta del PRO coquetea con tejer algún tipo de acuerdo con Javier Milei, que sabe que para el radicalismo es el límite para no romper Juntos por el Cambio, las palomas suman fuerzas.
En el entorno de Rodríguez Larreta advierten que no está todo dicho y que todavía falta ver cómo se mueven las piezas tras la jugada electoral porteña. La cercanía del jefe de Gobierno de la CABA al radicalismo puede terminar en una alianza que le permita capitalizar el poderío territorial de la UCR. El respaldo unánime del partido centenario, dejó señales en ese sentido.
En plena crisis de seguridad, en el Frente de Todos festejan que haya estallado la interna en el PRO y confían en que se traslade a Juntos por el Cambio, mientras salen en busca de revalidar el acuerdo electoral de Axel Kicillof con los bonaerenses.
