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El Mundo #NacionesUnidas

En primera persona: La llamada del bosque

En el exuberante pueblo de Toraut, los trabajos de conservación son escasos, así que cuando Fadlun Arrayan Bonde, de 27 años, volvió de la universidad, respondió a una llamada para que las mujeres ayudaran a patrullar el parque nacional vecino. Al final ha forjado una nueva y dinámica trayectoria profesional protegiendo la naturaleza al tiempo que transforma su comunidad.

Conocida por su apodo, Ega fue una de las 15 mujeres seleccionadas para participar en la iniciativa Perempuan Inspuratif Mitra Polhurt (Inspirar a las mujeres para que se asocien con los guardabosques), cuyo objetivo es proteger el Parque Nacional Bogani Nani Wartabone.

 

El proyecto está apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y ofrece oportunidades a las comunidades cercanas.

 

“Siempre me he sentido apasionada por la naturaleza y la conservación. Crecí en una pueblo rodeado de bosque. Mis dos abuelos me inspiraron compartiendo su sabiduría local y tradicional, y me impulsaron a conocer el bosque y plantar árboles. Me contaron sobre el poder de la naturaleza y me explicaron que su lenguaje es el más antiguo en el planeta, por lo que tenemos que escucharlo.

 

Es un poco místico. Por ejemplo, según cuentan las historias, si ves muchas hormigas saliendo de la tierra, significa que la lluvia se aproxima.  

 

El mensaje de mi abuelo es que se debería apreciar y respetar a la energía y el lenguaje de la naturaleza.

 

Mi vida cambió

 

Desde el bachillerato he participado en movimientos medioambientales, y estudié relaciones internacionales en la universidad para mantener mi mente abierta a lo que ocurre en el mundo. Siempre quise regresar a mi pueblo natal después de graduarme.

 

Mi vida cambió en noviembre del 2020, cuando me uní a la iniciativa, la primera de su tipo en Indonesia.

 

Recibimos entrenamiento policial básico, educación en comunicación y capacitación en negocios y emprendimiento.

 

También fuimos capacitados para entrenar a los habitantes locales para buscar alternativas sostenibles sobre los sustentos de vida y a trabajar más de cerca con autoridades del parque nacional.

 

Aprendí lo que hacen los guardabosques y me apasioné aún más por su trabajo. Ahora me siento muy orgullosa de servir a la comunidad.

 

Los guardabosques comunitarios ayudan a proteger las especies en peligro. En el parque viven mamíferos, reptiles, y más de 100 especies de aves.  

 

En colaboración con los guardas forestales de los parques nacionales, también desempeñamos un papel en la erradicación de la delincuencia, en el comercio ilegal de especies silvestres y en la lucha contra el mercado ilícito de fauna y flora. 

 

Trabajo al menos 10 días al mes, pero en realidad, debido a la naturaleza del trabajo, se necesita invertir más tiempo para cumplir el compromiso con la comunidad. Parte de ello consiste en crear conexiones.

 

Dama de la conservación

 

Es muy satisfactorio saber que nuestro esfuerzo puede cambiar la vida de alguien para mejor. Como cuando podemos facilitar a los grupos comunitarios una certificación que les permita el acceso a mercados sostenibles para sus productos. Creo que puedo hacer mucho más por la naturaleza, pero también por mejorar yo y mi comunidad para tener mejores oportunidades.

 

Me siento inspirada para hablar acerca de la conservación y a comprometerme más con mi comunidad. Me siento alentada a hablar con las personas. Es chistoso, pero ahora para la gente de mi pueblo no solo soy Ega, sino que piensan en mi como la ‘dama de la conservación’ o la persona a la que hay que contactar cuando se percatan actividades sospechosas de comercio ilegal de las especies silvestres.

 

Me siento muy orgullosa sobre ello.

 

Inspiración intergeneracional

Compartir el conocimiento sobre la flora y fauna silvestre con las generaciones más jóvenes me hace sentir útil. Lo más principal e importante de mi trabajo es concienciar sobre la conservación y la importancia de la vida salvaje.

 

Si hablamos de los árboles, no nos estamos refiriendo sólo a las hojas, sino también a la raíz.

 

Si ellos están bien preparados desde pequeños, llevarán con ellos el conocimiento sobre la conservación y la vida silvestre en el futuro.

 

Callarse no cambiará nada

Nuestra tierra está sobrepoblada y envejeciendo. Gritar fuerte tal vez no ayudará, pero quedarse callada tampoco cambiará nada. Las mujeres podemos alzar más nuestras voces y hacer del planeta un lugar mejor.

 

Tengo un mensaje para las mujeres jóvenes: sed valientes. No tengáis miedo de empezar a trabajar por la conservación. Necesitáis motivaros para dar el primer paso porque el primer paso es muy importante. No da tanto miedo como crees.

 

Potenciar a los guarda forestales

A pesar de que las mujeres desempeñan un papel vital en la gestión de los recursos naturales y se ven desproporcionadamente afectadas por la pérdida de la biodiversidad, a menudo se les excluye de la toma de decisiones y de las oportunidades de liderazgo, por eso el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo puso en práctica una serie de proyectos innovadores en la región de Asia y el Pacífico para cambiar esta situación.

 

Las mujeres guardabosques también trabajan para proteger la tierra y empoderar a sus comunidades en China, India, Vietnam y otros países.

 

A la par con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, estos proyectos de conservación contribuyen a combatir el cambio climático, a motivar, empoderar y apoyar a las mujeres para transformar a sus comunidades.

ONU
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