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Opinión #Actualidad

A Dios rogando y con Massa dando

El licenciado en Ciencias Políticas, Diego Ramos se refirió a la actualidad del pais.

Sergio Massa se convirtió la semana pasada en el eje de análisis y especulación; así como los 

pronósticos de las encuestas electorales de los últimos tiempos, nada de lo que se suponía en torno a él aconteció. Sigue siendo la coyuntura o “la agenda” la que va delineando la diferenciación política, en tanto que el largo plazo en una reestructuración deseable tal 

vez por el líder del Frente Renovador no aparece como materia de diferenciación. 

Después de unos días de ausencia, el presidente de la Cámara de Diputados reapareció en San Miguel de Tucumán en el Día de la Independencia; no solo recogió el guante por los episodios accidentados de la salida del exministro de Economía Guzmán, también lo hizo con la expresión “profetas del odio”, deslizada por Alberto Fernández en el discurso central del 9 de julio en alusión a la oposición. Como un profeta (Massa) desafi ó a tener la capacidad de saber separar bien la paja del trigo; no solo en la distinción, intereses y responsabilidad que cada uno de los sectores tiene dentro de la alianza, sino en la claridad de no confundir al pueblo con la paja, para no quedar fuera del granero. Hubo un tiempo en que la fortaleza de los partidos políticos era considerada como un signo distintivo de la vigencia de la democracia, diríamos que uno de sus pilares, acompañado no tan solo de la regularidad de 

las elecciones generales, sino también de las elecciones internas de los partidos políticos. 

“El año que viene sí tiene que haber PASO, que haya elecciones PASO”, expresó el titular de la 

Cámara baja. Sin duda que la desfi guración del esquema clásico o las nuevas fi sonomías, todavía difusas, siguen poniendo en crisis a todo el arco político: hoy los gobiernos afrontan el desafío de una relegitimación continua. 

Cada vez más confirmamos que los partidos están dejando de ser o ya no son lo que eran para declinar en alianzas, en ella cada sector que la conforma tiene hegemonía, en donde tal vez la metodología de disputa no está del todo aceitada; pues requiere madurez, racionalidad política y responsabilidad institucional. “Nos puso a todos en alerta, en que a veces las mezquindades individuales terminan poniendo en riesgo el trabajo colectivo”, dijo Massa en declaraciones a C5N el mismo 9 de julio pasado en Tucumán. 

La esperanza en millones de argentinos sigue vigente; sintetizó un 9 de Julio de Independencia. Sin embargo, hablando de riesgos y de palos en la rueda, hay un tema de fondo que necesita discusión y al que no hay que esquivar el bulto: los gobiernos populares se caracterizan por estar sustentados en movimientos colectivos y la tendencia a identificar al “movimiento” con la totalidad del pueblo y a su vez con la Nación nos ubica en un peligroSo escenario: subestimar la legitimidad del poder proveniente de la consagración electoral de las ciudadanías en plural. 

 

A Dios rogando y con el mazo dando invoca la importancia de trabajar y esforzarse para conseguir lo deseado más allá que se invoca la gracia divina. El Tedeum en todas las catedrales del país señalaban un pueblo hambriento, desconcertado y preocupado, que 

espera el eco favorable de todo el arco político: una alianza de las alianzas en una acción programática consensuada de mediano y largo plazo que nos permita ir saliendo de la 

crisis actual.

Sergio Massa
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