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Opinión #Opinión

Anestesia

Las buenas relaciones no son anestesia

Jacques Lacan desarrolla el concepto de “Falta” refiriéndose a las diferentes dimensiones del sujeto con su deseo. 

 

La falta es algo constitutivo del ser humano. 

 

Pero parecería que no todos lo saben y muchos sienten un gran vacío que les resulta insoportable y lo viven con un sentimiento de inadecuación: Piensan que hay una cuestión muy mala con ese vacío. Como si fuese algo que no deberían sentir. 

 

Y en ese vacío que tanto les duele no logran sostenerse y huyen hacia una salida fallida.

 

El “otro” está ocupando el lugar de una droga porque la relación está siendo utilizada para tapar un dolor. Así como hay personas que frente al padecimiento en la vida necesitan abusar del sexo, el alcohol, las comidas y el tabaco. Que necesitan abusar de la marihuana, los ansiolíticos y el romance; también hay quienes se valen de una relación conflictiva.

 

Porque una buena relación no es anestesia de nada.

 

Pero durante una relación turbulenta en la que la persona pone toda su obsesión, lo único que consigue es mantenerse fuera del mundo. Se la pasa rumiando cada instante del día. Esperando un mensaje, mendigando lo que no se pide. 

 

La relación se transforma en un desafío: hay que estar absolutamente pendiente de los pensamientos y reacciones de la contraparte.

 

Hablamos de vínculos adictivos para referirnos a ese tipo de lazos donde se pone toda la obsesión porque la misma relación funciona como un alterador del estado de ánimo.

 

Hay ciertas emociones que son insoportables para el individuo como por ejemplo: la frustración, la angustia, un duelo… la realidad de la vida. Y frente a esto, en lugar de resolver eso que lo pone mal, establece un vínculo doloroso con alguien que es terriblemente cruel.

 

Pero ese vínculo, si bien doloroso, lo anestesia de otra aflicción. Como cuando nos pica un insecto y nos rascamos tapando una sensación molesta con otra quizá más fuerte.

 

Por eso es que muchas veces no podemos soltar una relación (de cualquier tipo, familiar, de pareja o laboral).

 

La adicción, tiene más que ver con evitar el dolor que con la búsqueda del placer.

Placeres que duran muy poco porque lo que más permanece en estas relaciones es el dolor.

 

Y los demás, el entorno más cercano observan y piensan (cuando no te lo dicen): “¿Por qué  siguen juntos?

 

La respuesta, ahora la conocemos, es que siguen juntos porque están anclados evocando el placer que alguna vez sintieron o creyeron que alguna vez llegarían a tener. Evocando un primer tiempo, mágico, los primeros meses de la relación. Y el tiempo pasa y por ahí hace 20 años que siguen pegados a la ilusión que generó el placer que sintieron al principio. 

 

Y como vimos, no podemos vivir sintiéndonos bien por un breve momento de euforia de hace años.

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