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Opinión #Opinión

Paula Pareto, el olimpismo en estado puro

Sus valijas no vendrán vacías desde la Tierra del Sol, vienen llenas de la gloria cosechada en muchas batallas épicas. (Por Dante Federico Luna)

Hoy no es un día más para el olimpismo argentino. Hoy nos dejó sin su aura la judoca Paula Pareto. Y se llevó la mejor medalla, la que tiene un valor "en oro", la invisible, el reconocimiento de la gente y de toda la delegación argentina que la esperó para hacerle "el pasillo" al arribar al búnker argentino en Tokyo.

 

Sus valijas no vendrán vacías desde la Tierra del Sol, vienen llenas de la gloria cosechada en muchas batallas épicas, esas que quedaron grabadas a fuego en el medallero olímpico argentino y que no se van a herrumbrar con el paso del tiempo como la conseguida por Delfor Cabrera en 1948, la única de oro del atletismo olímpico argentino.

 

Campeona mundial en 2015 y ganadora de una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Se convirtió en la primera mujer argentina en ser campeona olímpica1 y la primera deportista argentina que ganó dos medallas olímpicas en disciplinas individuales.

 

En estos Juegos se convirtió en la primera argentina en portar la bandera olímpica en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, representando al continente americano.

 

Llegó a semifinales en esta edición, y perdió. ¿Es cierto que perdió?. Pellízcame que no te creo. Y al cerrar su participación pidió perdón. ¿De qué? Le debemos el amor a la Argentina, le debemos el don de deportista ejemplar, le debemos las primeras alegrías olímpicas de más de una década a esta parte, ¿Y nos pide perdón?

 

Hasta en el retiro fue "gigante". La deportista de Portugal que se llevó la medalla de bronce, al vencerla se quedó en el piso mirándola incrédula por el triunfo. "Peque" se acercó a ella y en gesto maternal —o deportivo y humano de excelencia— la levantó con sus dos manos, le sonrió y luego recién fue a abrazarse con su entrenadora y romper en llanto de emoción.

 

Diste lecciones hasta siendo derrotada, te fuiste de un Juego Olímpico agigantando tu figura hasta el cielo. Gracias por todo, Dra. Pareto, la médica pública, esa que volverá a su consultorio, porque la esperan sus pacientes, hasta aquella que le dijo alguna vez, "vos sos parecida a la judoca".

 

 

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