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Opinión #Opinión

Ecuador 2021. Más que elecciones

El 07 de Febrero del 2021 Ecuador acude a las urnas para elegir nuevo presidente, con un resultado que afectará al futuro de la región y que también debería preocupar al Vaticano.

Luego de que la justicia electoral de Ecuador decidiera no autorizar la candidatura a Presidente de Álvaro Novoa, así como la de varios postulantes por el Partido Justicia Social, por motivos administrativos. Tanto los miembros de la  Lista 21 “Movimiento CREO” de tendencia conservadora de derecha con  Guillermo Lazo a la cabeza; como Andrés Arauz (el delfín y heredero del movimiento Bolivariano en Ecuador) de la Lista 1 “UNES” han podido respirar tranquilos.

 

Y es que  con esta decisión judicial ambos han obtenido lo que esperaban: la polarización de la elección y así medir fuerzas en esta contienda que será definitoria para su país y la región. 

 

A pesar de que a la fecha las encuestas señalan una pequeña ventaja para  los bolivarianos de UNES, tendría que realizarse una segunda vuelta para definir el futuro presidente ecuatoriano; pero ambos movimientos tienen la tranquilidad de que el círculo se ha cerrado y no existirán “terceros molestos” en la definición del futuro del país. Esta situación, al fin de cuentas, resulta lamentable para la democracia y una demostración de enanismo político y la falta de visión global manifiesta de aquellos que ven pequeñas ganancias locales representadas por alguna banca, en detrimento del futuro de una nación y tal vez de toda Latinoamérica. 

 

Esto es así porque en caso de resultar electo el candidato de UNES (que cuenta con el apoyo explícito de Venezuela, Argentina, Bolivia y Nicaragua) se volverá a solidificar en Latinoamérica el así denominado Bloque Progresista que acompaña las ideas del Foro de San Pablo con un modelo de inserción internacional altamente antagónico a la postura de Estados Unidos al que consideran un predador económico que ha perjudicado históricamente a la región y que utiliza la excusa del terrorismo para dominar políticamente al mundo y que no permite el desarrollo multilateral. Acercando las decisiones regionales a un espectro de países caracterizados por la falta de democracia y libertad religiosa; y conocidos por sus problemas de violaciones a los derechos humanos; pero a los que  también consideran hermanos por levantar las banderas de la revolución anti-capitalista. 

 

Mientras que si gana la alianza conservadora CREO, esto reforzará aún más al Grupo de Lima encabezado por Brasil y Colombia, lo que producirá también; pero en sentido inverso, una polarización política en todo Latinoamérica debido a la alineación de estos con las posturas religiosas conservadoras y las políticas de Estados Unidos. Esto terminará de destruir cualquier tipo de diálogo con Venezuela y ayudarla así a solucionar la crisis en la que se encuentra. 

 

El triunfo de cualquiera de las dos opciones producirá indefectiblemente el establecimiento de dos bloques ideológicos en la región. 

 

Otro de los poderes de los que nunca se habla abiertamente; pero que también  tendría que estar prestando atención a estas elecciones ecuatorianas, aunque pensamos se encontrará totalmente distraído y ocupado solamente en discursos inclusivos, es al Vaticano. 

 

En resumidas cuentas deberíamos decir que también están en juego temas sensibles como las relaciones de la familia con el estado y el aborto. Ya que luego de las votaciones del Congreso de Argentina donde los sectores progresistas conseguían su despenalización general, muchos movimientos afines en Latinoamérica que levantan estas banderas de revolución social como un cambio a extender por todo el continente y como una posibilidad cierta de debilitar a la iglesia y restarle influencia en la vida y decisiones de los ciudadanos, mayoritariamente cristianos. Una oportunidad que la Argentina progresista les ha otorgado como avance en posturas ideológicas de derechos humanos laicos que harían del estado el único regulador de la moral popular.

 

Hoy el votante de Ecuador y quizá sin tener presente todo lo anteriormente expuesto, va a juzgar en primer lugar al controvertido gobierno de Lenin Moreno al que todos asimilan a los sectores más conservadores del país y luego a los demás candidatos. Primero, por su desmanejo de la pandemia del Covid-19; pero también por los resultados económicos exitosos de su gestión que han dejado las reservas del Banco Central más grandes en la historia estimadas en U$S 7.500.000.000 . Con un rompimiento exitoso a las cuotas de explotación petroleras establecidas por los países productores,  que le han permitido aumentar la producción nacional y conseguir el ingreso de dinero fresco a  las arcas públicas. Y también por la refinanciación de una abultada deuda externa  que dará al gobierno entrante el suficiente aire para emprender algunas reformas impositivas y sociales exitosas.

 

Por otro lado, las diferencias de proyectos políticos entre los partidos mayoritarios  no podrían ser más grandes. El partido de Arauz-UNES quiere seducir a sus votantes  manifestando su adhesión a Rafael Correa y expresando que todos los cargos de corrupción en su contra son sólo maquinaciones políticas de los servidores del imperialismo mundial. Y proponen reformas significativas a nivel laboral para favorecer a los más carenciados con trabajo digno humanitario y becas estudiantiles. Encarando una sustancial reforma judicial, económica y productiva transformando los tribunales en entes democráticos, deliberativos y participativos. Con justicia e igualdad para las mujeres, los excluidos y una nueva justicia cognitiva (sea lo que sea que quieran expresar). 

 

Mientras que Guillermo Lasso-CREO propone reformas previsionales y del sistema jubilatorio además de  bajar todos los impuestos y aranceles para la exportación, el IVA al 9% y renegociar todos los contratos petroleros incluyendo los firmados con China para financiar a emprendedores, estudiantes y agricultores a tasas subsidiadas. 

 

Son dos posturas locales que no aceptan grises, totalmente enfrentadas tanto en lo político como en lo ideológico y que han decidido acallar a los más moderados para enfrentarse en una especie de boxeo en la arena política donde sólo puede haber un ganador y muchos perdedores.

 

Por esto decimos que lamentablemente Ecuador ha preferido dejar de lado a un candidato que aglutina a un sector independiente y moderado, que se presentaba como una alternativa válida  entre la revolución bolivariana y el conservadurismo clásico para así dejar atrás estos debates que tanto daño le hacen al Continente. Y es así como la elección en un pequeño país de 17 millones de habitantes denominado Ecuador es tan importante y hará que muchos ojos e intereses se posen sobre ella. 

 

En todo este panorama hay sólo una certeza: la polarización debida a la mezquindad política habrá evitado una vez más la unión con la que San Martín y Bolívar soñaron.

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