Regresaban desde Catamarca hacia Córdoba, donde debían entregar una carga. El camión Scania blanco era conducido por Maximiliano Daniel Silva (24 años), quien llevaba como acompañantes a su pareja, Eliana del Valle Peralta (25) y a sus hijos, un varón de dos años y una mujer de cuatro. También viajaba con ellos un amigo, Javier Rinaldi. Todos domiciliados en el barrio Quebracho de la Capital de “La Docta”.
Alrededor de las 7.30 de ayer, el camión con dos acoplados —cargado con avena y un tractor— descendía por las sierras de Guasayán, una zona más conocida como “Los Cerrillos”. Al llegar a una curva y contracurva de la Ruta Nacional 64, por causas que se investigan, el conductor perdió el control del rodado al salir de la primera curva, volcó y se estrelló contra el paredón del cerro.
Las consecuencias fueron nefastas. Tras el alerta de circunstanciales automovilistas, personal policial encontró entre los hierros retorcidos a la pareja y a sus hijos. Los mayores estaban muertos entre los hierros retorcidos y aplastados por el transporte, mientras que los niños presentaban signos de vida, por lo que solicitaron ayuda médica. Sin embargo, al proseguir con la remoción de la cabina destruida, encontraron una tercera persona muerta; se trataba de Rinaldi, el amigo que los acompañaba.
Los menores fueron trasladados al Cepsi de la ciudad Capital, donde quedaron internados con graves lesiones.
Los bomberos rescataron los cuerpos de las víctimas y los trasladaron a la morgue, por orden de la fiscal, Dra. Natalia Simoes.
Una zona peligrosa que ya se cobró la vida de varias personas
La curva y contracurva de las sierras de Guasayán son muy conocidas. Ese lugar se transformó en la “tumba” de varios camioneros. “Es una zona donde hay que pasar, despacio, concentrado y bien despierto”, aseguró Luis Ledesma, con 35 años de experiencia. Fuentes policiales indicaron que un ingeniero vial sostuvo que allí se produce una “ilusión óptica”. “Cuando el camionero realiza la primera curva cree que caerá al precipicio, volantea hacia la derecha, se genera una efecto tijera y el acoplado empuja al chasis directamente hacia el cerro”, revelaron. “No hay que confiarse; la ruta sigue siendo la misma, pero nosotros no somos los mismos físicamente todos los días. El cansancio y las condiciones del camión juegan un papel importante en las tragedias”, destacó Ledesma.
