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Espectáculo #Cultura

Se cumplen cinco años de la partida del inigualable cantor y bombisto Alfredo Abalos

En la madrugada del 24 de septiembre de 2018, el brillante compositor e intérprete "se fue de gira" y nació la leyenda. Un repaso por su vida y carrera.

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Crédito: Imagen tomada en la última entrevista que brindó a Nuevo Diario.

Este domingo 24 de septiembre se cumplen cinco años del fallecimiento de Alfredo Abalos, el irrepetible cantor y bombisto que pasó la mayor parte de su vida instalado en el barrio 8 de Abril de la Capital de Santiago del Estero.

 

Alfredo Abalos había nacido el 21 de abril de 1938 en San Fernando (provincia de Buenos Aires), en una familia de músicos y cantores, y ya en su adolescencia integró el grupo de Alberto Ocampo y Sus Changos Violineros, donde se destacaba con su bombo y voz (que para los 16 o 17 años, ya había adquirido su característico timbre).

 

Un jovencísimo Alfredo Abalos con Alberto Ocampo y Sus Changos Violineros.

Siendo muy joven se enamoró de una bandeña, Mafalda "Muni" Santillán, y decidió radicarse en esta provincia. Amaba todo lo que tuviera que ver con Santiago del Estero, en especial, su música, canto y bailes. Aquí, en una casa del hoy llamado Pasaje Manuel Argañaraz del barrio 8 de Abril, nacieron sus hijos Martín, Santiago y Carolina, todos músicos y artistas.

 

Alfredo y 'Muni', con sus hijos Martín, Santiago y Carolina.

Este gran músico se destacó también como profesor de danzas nativas e hizo un aporte inigualable a la cultura. Grabó un puñado de discos con canciones que interpretaba de manera sublime.

 

Alfredo Abalos, Pablo Raúl Trullenque y Carlos Carabajal.

Para el canto y el bombo no tenía comparación, y a día de hoy no existe un músico que no destaque sus increíbles dotes para el arte.

 

 

Trofeo ganado por la Delegación Oficial Infantil de Santiago del Estero en el Festival Nacional Infantil de La Cumbre (Córdoba).

 

Muchos y destacados músicos lo acompañaron a lo largo de su vasta trayectoria, entre ellos, Ricardo "El Negro" Domínguez, Nicolás "Colacho" Brizuela, Luis Chazarreta, Lalo Homer y Hernán Lattanzio, guitarristas brillantes que aportaron su magia para que los discos del "Gordo" sean auténticas obras de arte y material de consulta obligatoria para miles de artistas.

 

A la izquierda, Hernán Lattanzio, tras una actuación en el ND Ateneo de Buenos Aires.

En Santiago también hubo varios que lo acompañaron en distintos momentos de su carrera; por nombrar a algunos, Horacio Banegas, Juan de Dios Navarrete, y más aquí en el tiempo, sus hijos Martín y Santiago Abalos, Gonzalo Lares, Rodrigo "Chumuco" Abdala y Sebastián Fogliaresi.

 

En esa urna y en el living de su casa, descansan las cenizas del cantor.

Entre las obras que grabó hay muchas (la gran mayoría) que en su voz alcanzaron su interpretación más sublime, como "Aquel tiempo de mi infancia", "El coyuyo y la tortuga", "Déjame estar", "Santiago vive en mi zamba", "Viejo corazón" o "Chacarera del patio", al punto que decenas de artistas sotienen que "después que él las grabó, ya no las puede cantar nadie más".

 

 

 

En su formación musical —en especial, en lo que hace a la percusión—, no se limitó a aprender con los grandes maestros del folclore argentino, pues también se nutrió de otras músicas, como la cubana (que amaba y siempre escuchaba en su casa, cuentan sus hijos) y ello se ve reflejado en su obra. Dejó algunos registros interpretando "otras cosas", como esta cumbia:

 

 

 

También grabó, por ejemplo, la cortina del programa radial "Rapidísimo" que conducía Héctor Larrea por Radio Rivadavia en la década del 80. Por supuesto, la versionó en ritmo de chacarera.

 

 

 

Hoy se cumplen cinco años de su partida y la cultura lo sigue llorando, porque fue un grande, un "distinto" que aportó muchísimo al arte. ¡Gracias por haber elegido Santiago del Estero para desarrollar tu carrera! Siempre presente, Alfredo Abalos.

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