Una noche llena de emociones y de pura música folclórica, con toques de rock y guaracha orquestal, se vivió en el Nodo Tecnológico, donde el Dúo Coplanacu celebró sus 40 años de trayectoria con un concierto inolvidable. Miles de personas se congregaron para ser parte de este festejo, que contó con la participación de diferentes artistas de gran esplendor musical.
La velada comenzó con la apertura de La Brasita de mi Chala, formación liderada por Rodrigo Crámaro y Andrés Simón. Con su propuesta de bombo y violín, similar al estilo de los anfitriones, lograron encender el ambiente en una noche que prometía ser épica. El calor del público comenzó a disipar el frío propio del mes.
Luego, la energía siguió en ascenso con la actuación de Marcelo Toledo, quien con sus canciones saludó a todos los padres presentes en su día, pasadas las doce de la noche.
La Bersuit y la aplanadora del folk
El punto álgido de la noche llegó con la presentación de La Bersuit Vergarabat. Con más de 35 años de trayectoria, la banda de rock hizo vibrar el Nodo Tecnológico, haciendo corear a todos los presentes sus clásicos como "Sr. Cobranza", "Un pacto", "Toco y me voy", "Perro, amor, explota", "La Argentinidad al Palo" y muchos más. La Bersuit se convirtió en la gran antesala para recibir a los dueños de la fiesta.
Acto seguido, el Dúo Coplanacu no se guardó nada. Con una musicalidad única en concepto de voces, arreglos y una propuesta de bombo, guitarra, violín y bandoneón –un verdadero cuarteto campero que podría ser "la aplanadora del folk"–, se mostraron como estrellas absolutas en su noche. El calor del público se fundió con cada chacarera, y las rondas de baile, zapateo y zarandeo de todas las edades colmaron una celebración propia de una trayectoria indiscutible.
La fiesta continuó con la presencia de un hijo predilecto de La Banda, Demi Carabajal, quien con sus creaciones invitó a que nadie parara de chacarerear, sin dar respiro a los bailarines.
Para cerrar la noche, llegaron los venidos conceptualmente de un oriente recalcitrante, Los Arcanos del Desierto, quienes transformaron las últimas energías de los presentes en una vibrante guaracha orquestal.
Fue una noche celebrada, compartida y disfrutada por miles de almas en el Nodo Tecnológico, que se extendió hasta recibir el alba del domingo.