Julio Iglesias tuvo incontables romances a lo largo de sus casi ocho décadas de vida, algunos de ellos perdurables y muchísimos otros, ocasionales. A principios de la década del 70 conoció a Isabel Preysler, con quien tuvo a sus tres primeros hijos: Chábeli, Enrique y Julio Jr.
Pero pocos años más tarde, la mencionada iba a poner fin al vínculo matrimonial por las constantes infidelidades de Julio Iglesias, y porque llegó un momento en que advirtió que estaba "sentenciada" a criar sola a sus retoños, pues él vivía de viaje por sus conciertos.
En una de tantas travesías, el padre de Enrique Iglesias conoció a Edite Santos, una mujer que trabajaba como bailarina en un local, y comenzaron un fugaz amorío. En la primera cita ya tuvieron relaciones íntimas, como también en los días posteriores, y eso se terminó cuando la mujer se encontró a Julio e Isabel juntos. Recién allí supo que este era casado.
Le dijo adiós, pero unas semanas más tarde se iba a enterar de la noticia: estaba embarazada de él. De ese idilio nació Javier Santos, quien hoy cuenta con 46 años y lleva décadas buscando ser reconocido como hijo del artista.
Hace unos años, cansado de ver que si no se movía por sí mismo no iba a conseguir nada, contrató detectives privados que siguieron a Julio Iglesias y lograron obtener una muestra de ADN en algún sitio donde el autor de 'La Carretera' había ido a comer. El resultado fue contundente y demostraba que era descendiente de Julio.
Pero la justicia se las arregló para que jamás vea reconocido su derecho. Ahora, ya cansado de intentarlo, solo le ha hecho un desesperado ruego a su progenitor: "Yo lo que quiero es una conversación tranquila con mi padre".
Luego agregó: "Los que estamos en la situación en la que yo estoy, tenemos la necesidad de conocer nuestro origen. Yo ya no creo en la justicia, deja mucho que desear, pero sí que creo en las personas y quiero creer en él. Supongo que no es tonto y sabe que soy su hijo, y lo que tiene que hacer".
También manifestó: "Me gustaría también que mis hermanos dieran un paso adelante e hicieran por hablar conmigo. La sociedad está cambiando y el comportamiento de mi papá creo que a quien perjudica es a él mismo. Yo entiendo que mi madre esté muy enfadada por este tema, pero yo no pienso así, no quiero dinero ni pido cariño".
