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Especiales Por el Lic. Diego Ramos

Una santiagueña para estos tiempos

“Mama Antula a través de su praxis deja su mensaje de no romantizarla”.

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Lic. Diego Ramos.

“Es sin duda el Dios de la Alianza que (…) nos hace recordar, por su espíritu, que todo es posible con El y que siempre habrá necesidad de renovar, de cambiar y caminar hacia adelante evitando todo estancamiento cómodo”, expresaría el padre Gerardo Sueldo un 8 de febrero de 1998 en la apertura del XII Seminario de Formación Teológica en la Madre de Ciudades.

¿Qué supone por estos días declarar solemnemente santa a una mujer propia de estas tierras santiagueñas? Seguramente interrogantes nuevos para nuevas respuestas, dinámica que abre la posibilidad de salir del estancamiento cómodo. “La mama”, “mi mama”, como solemos con tanta ternura expresar por estos terruños, sin duda se hace familiar, cotidiano y cercano, especialmente en aquellos lugares y contextos de opción por parte de María Antonia de Paz y Figueroa a los que no hay que olvidar. Mama Antula, diminutivo de madre Antonia en quechua, supo con coraje provocar y generar dese el amor el gran desafío, siempre actual, de una mirada superadora a los estrechos horizontes culturales, sociales, políticos y eclesiales de aquel momento, siempre en pos de una sociedad más humana y equitativa.

Cuando me propusieron escribir una reflexión sobre este acontecimiento histórico para este medio, inmediatamente se me representó en mi mente la idea de “mujer y laica”, lo que me llevó indagar a mujeres cristianas, laicas y consagradas, ateas, agnósticas, militantes, todas ellas con un denominador común: luchadoras y soñadoras. Ante el interrogante sobre qué les provocaba la figura de una mujer de estas tierras que pasaría a ser reconocida mundialmente, emergieron palabras y frases tales como fuerza, entrega, ternura, tenacidad, empatía, sororidad, ejemplo de lucha, mensajera, amor, opción por los pobres, despojo de las comodidades, valiente, de construida, de alma campesina, mujer de grandes sueños. Todas ellas resumen un poco lo que en palabras y poesías, Ana, Eliza, Belén, Claudia, Fabiana, Katy, Laura, Cecilia, Karina, María y Doris generosamente me acercaron.

Esto nos lleva a pensar y a sostener que la promoción de las mujeres- como la de los pobres u otros grupos humanos en situación de discriminación o desventaja- debe hacerse con ellas. Mama Antula a través de su praxis deja su mensaje de no romantizarla, por ende de no romantizar a las mujeres, sean o no cristianas, comprometidas con sus luchas: Francisco coloca una santa mujer santiagueña en clave de participación como sujetos centrales que transforman las sociedades.

La iniciativa del Papa expresa y motiva el espíritu de diálogo y de honestidad para llevar a las comunidades cristianas a conocer más a fondo un movimiento histórico tan relevante como son las luchas de las mujeres en todas sus vertientes y formas de realización, ¿cómo sería Mama Antula en estos tiempos? ¿A qué se desafiaría, qué provocaría, o qué cuestionaría de los sistemas eclesiales, políticos y culturales? Pensemos e imaginemos por un momento sobre qué respuestas habría o que rechazos recibiría, como así también visualizar quiénes hoy la acompañarían y quiénes la estigmatizarían…

El Papa argentino no es un improvisado, al contrario, con mucho compromiso y audacia, colocó ciertos temas urticantes, por lo que uno se atreve a decir que llevar al altar a una mujer con las características de Mama Antula no es nada inocente. La teología, a su vez, estructuradora de los signos de los tiempos, oyente de las voces del espíritu que sopla atravesando tiempos y lugares, debe poner en sintonía desde el sentido común, también cuestiones básicas de la relación entre teología y género, una deuda pendiente por estos lados.

 

En este campo teológico-religioso se ha hablado y escrito críticamente sobre las “santas mujeres”. Si hacemos el ejercicio de contextualizar a esta mujer de Silípica, santiagueña de tierra adentro, deberíamos romper con las visiones inadecuadas mediadas por propuestas espirituales en clave de “puro sacrificio”, sin historicidad, protagonismo y centralidad. Mama Antula debe ser modelo que infunde la promoción de las mujeres, dentro y fuera de la iglesia, la que supera el sesgo androcéntrico (visión del mundo que sitúa al hombre como centro de todas las cosas) e inspira desde el compromiso la liberación de toda persona humana.

 

Mama Antula, mujer, santiagueña, santa, caminante incansable que pone siempre en movimiento a su pueblo. Ella, de entrañas compasiva, lúcida y honesta con lo real, muestra el camino para la dignidad humana.

Mama Antula Canonización
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