
A la patrona de las empresarias argentinas no es capricho llamarla Mujer Fuerte: mientras ella vivía se editó en Europa un librito con su correspondencia con los jesuitas expulsados en Europa, llamado El estandarte de la mujer fuerte. Su tarea, en épocas de la colonia, resultaba de fuerte impacto social. Protegía a las mujeres sin hogar y albergaba a los niños abandonados, alimentándolos, vistiéndolos, dándoles un hogar y bautizándolos con el apellido “San José”.