El ñame es originario del África del Oeste, Sudamérica, Antillas y las Islas del Pacífico. Tiene una corteza dura que hace que sea complicado pelarla. Este alimento cuenta con hidratos de carbono, fibra dietética y micronutrientes.
Este tubérculo comestible beneficia a la salud ósea, cardiovascular y cerebral. Contiene la propiedad de diosgenina que ayuda a fortalecer la memoria y el crecimiento neuronal. Por el lado de la dieta, colabora con la reducción del apetito y la pérdida de peso. En la parte digestiva, previene el estreñimiento y mejora la regularidad intestinal.
El ñame aporta vitaminas A, C Y algunas del grupo B como el ácido fólico, pantoténico, niacina, tiamina y riboflavina. Además, tiene un alto contenido de minerales como el hierro, potasio, fósforo, manganeso y calcio.
Este alimento puede ser agregado a la dieta de distintas maneras:
Hervido o cocido: se puede cocinar similar a las papas o hervirlo al vapor y también asarlo.
En puré: se hierve hasta que quede tierno y luego se tritura para que quede como un puré de papas o de zapallo.
En sopas y guisos: agregarlo a sopa o guisos es una gran opción. Se puede cortar en trozos y mezclarlo con otros vegetales.
Ensaladas: el ñame puede ser cocinado y luego esperar a que se enfríe para mezclarlo en tus ensaladas.
Frito o asado: este alimento puede ser cortado en rodajas finas y ser freídos o también asados en el horno en tiras.
Albóndigas o tortas: Esto consiste en rallarlo y mezclarlo con otros ingredientes.
En batidos: Luego de cocinarlo y dejarlo enfriar, se puede agregar a los batidos para que le den un espesor natural y sabor dulce.
En postres: utilizarlo en la preparación de tortas o muffins es un gran opción.
