En un evento cargado de espiritualidad y esperanza, el penal de varones de la ciudad Capital, ubicado en la calle Alsina, fue escenario del bautismo de 31 personas que decidieron iniciar un nuevo camino espiritual y abrazar la fe cristiana. La ceremonia tuvo lugar el pasado martes y contó con la participación de pastores y líderes del movimiento cristiano y misionero, así como la colaboración fundamental de autoridades y personal penitenciario.
Los Pastores Rubén Pérez y Carlos Gutiérrez, pertenecientes al ministerio carcelario, guiaron el significativo momento que marcó un hito en las vidas de los participantes. También se sumaron al evento los hermanos Eloy Enriquez, Hugo Pereyra y Hugo Gómez, quienes contribuyeron a hacer de esta jornada una experiencia trascendental.
Desde hace 19 años, la iglesia ha llevado el mensaje de esperanza y redención a los privados de libertad, y este bautismo representa un paso significativo en el camino espiritual de aquellos que han decidido entregarse a la fe cristiana.
Los agradecimientos fueron expresados hacia las autoridades del penal y a todo el personal de la institución por permitir la realización de este evento especial. La colaboración y apoyo de las autoridades penitenciarias demuestran la importancia de brindar oportunidades para el crecimiento espiritual y la transformación personal, incluso en el contexto de un centro penitenciario.
El bautismo, más allá de ser un ritual religioso, se convierte en un símbolo de renovación y compromiso con una vida guiada por principios y valores cristianos. La iglesia continuará con su labor de acompañamiento espiritual en el penal, brindando apoyo y aliento a quienes buscan encontrar un camino de redención y transformación.