El telescopio espacial James Webb dejó sin palabras a los investigadores de la NASA con su último descubrimiento, se trata de un potente géiser de vapor de agua en una de las lunas de Saturno, detonando agua a más de 9600 km de distancia.
"Encélado" es una de las lunas del planeta Saturno, la sexta más grande, aunque solo ocupa una séptima parte de nuestra Luna y pese a su tamaño, se ha convertido en una pieza clave en nuestro sistema solar: podría ser uno de los lugares más prometedores para albergar vida en el espacio exterior.
Se trata de un satélite totalmente cubierto por una capa de hielo que podría estar escondiendo un océano gigante. Allí, se podrían estar mezclando los ingredientes perfectos para el cóctel de la vida.
Su cubierta helada presenta unas grietas, conocidas como "rayas de tigre", por donde se están escapando partículas de hielo, vapor de agua y sustancias químicas orgánicas. Desde lejos, se ven como volcanes que se podrían asimilar a géiseres.
La imagen muestra una erupción en Saturno (NASA).
No es la primera vez que se observan estas columnas de vapor de agua. Se descubrieron en 2005 gracias a la nave espacial Cassini, que pasó más de diez años explorando el sistema de Saturno y nos regaló las primeras imágenes de los penachos de Encélado. No solo eso: pasó a través de ellos para conocer su composición.
Entonces, ¿por qué el descubrimiento ha sido tan sorprendente? La respuesta es sencilla: nunca antes se había observado una eyección de agua a una distancia tan lejana. Además, la Agencia Espacial Europea (ESA) declara que la velocidad a la que sale el vapor de agua, también es impresionante: se escapa a unos 300 litros por segundo.