Un informe reciente de la consultora especializada Vinodata tiene entre sus conclusiones que los vinos subieron en promedio varios puntos porcentuales por arriba de la inflación que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) registró durante el mes de abril.
Si la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 7,3% el mes pasado, y del 44% acumulado entre octubre de 2022 y abril de 2023, esos números quedaron a la sombra de los porcentajes del sector vitivinícola, donde en el mismo lapso de tiempo se registró un incremento del 59,2% en los precios promedio.
El dato se desprende del Índice de Precios del Vino (IPV), que se obtiene del promedio de valores de 4.912 etiquetas de distintas gamas y de las ventas a través de diferentes canales.
Así, en abril de 2023 se registró un aumento del 21,3% en los vinos, en promedio, y que desde octubre pasado hasta el 1o de mayo hubo un aumento del 59,2%, informó el sitio El Triunfo de Baco, de la periodista especializada Gabriela Malizia.
Pero, ¿cuáles fueron los vinos más afectados por la inflación?
Los vinos naranjos subieron un 77% en promedio entre octubre de 2022 y abril de 2023, quizás porque son pocos en el mercado y hay algo de la moda, de la novedad o del interés del público que pueda haberle subido el precio a la oferta.
Los vinos rosados, un clásico que no deja de ser producido a menor escala que tintos y blancos, subieron un 64% en estos últimos meses y los dulces subieron 44% en el IPV, aunque el incremento promedio simple fue del 65%.
Si se ordenan los precios de todos los vinos naranjos en una tabla de menor a mayor, el precio mediano, justo en el centro de ese listado, es de $ 7140 mientras que en el caso de los dulces -sean tintos, blancos o rosados- es de $ 1262.
Ricardo González, enólogo senior de Bodega RJ Viñedos, se refirió a los desafíos planteados por el cambio climático y recordó la "destructiva" noche del 4 al 5 de noviembre de 2022, cuando una helada afectó a todas las viñas de Mendoza, lo que resultó en "una de las cosechas más pobres de los últimos 60 años en la provincia".
"En los viñedos de zonas altas, donde se trabajó con viticultura de precisión y adaptación de protocolos, se logró llegar a la cosecha con muy buena sanidad, a pesar de una menor producción. Las uvas estaban bien concentradas, dulces y con la madurez adecuada. Como resultado de este esfuerzo, han nacido vinos nuevos, con hermosa intensidad y tonalidad de color, amplia expresión frutal y definido carácter varietal, y de muy buena estructura en boca, con intensa presencia de taninos nobles que, aunque potentes, son suaves y con un valor importante para la guarda", explicó.
Por su parte, Adrián Toledo, enólogo de Bodega Sottano, reconoció que "a cosecha de este año ha sido un poco atípica" y no le esquivó al tema reinante, el cambio climático, y "específicamente dos heladas tardías y granizo que afectaron los rendimientos de los viñedos".
"Algunos lugares perdieron el 30% y otros el 80% o 90% de la uva. Estas condiciones climáticas influyeron en el momento de la cosecha, que se adelantó debido a la maduración temprana de la uva por las altas temperaturas y la falta de agua. A pesar de esto, se obtuvieron vinos frescos, con buena acidez y concentración de color en los prensados de buena estructura. Los taninos son bastante firmes, lo que indica que la calidad será buena, aunque hubo pérdidas de rendimiento", señaló.
"Ahora están terminando de prensar y descubrir los últimos tanques, observando cómo se comportan los vinos con el paso del tiempo", dijo en referencia a los próximos productos de la bodega mendocina.
Mientras tanto, Andrés Ridois, de Bodega Sin Reglas, confirmó que los productores están "atravesando una de las cosechas más desafiantes de nuestra historia".
"El clima y la estructura han presentado dificultades que sólo podemos superar mediante nuestra creatividad. A pesar de ello, tenemos grandes esperanzas en los resultados, pues los vinos que estamos obteniendo son excepcionales", convino.
