Demna Gvasalia lo hizo de nuevo. El director creativo de la innovadora y exclusiva marca de ropa Balenciaga lanzó un nuevo producto de la firma que ya revolucionó las redes sociales. Se trata de las zapatillas París, un modelo cuya característica principal es que se encuentran rotas y gastadas, como si tuvieran unos cuantos años de uso. Y lo más llamativo: estos pares son un producto limitado, y se venden a un precio muy superior al de los otros productos de la empresa.
Es así que este modelo de zapatillas que alteraron la modorra del mundo de la moda en este mes de mayo se llama París “full destroyed (totalmente destruidas)”. En efecto, se encuentran tajeadas, gastadas, simuladamente sucias y con la inscripción “Balenciaga” escrita grotescamente, como con un marcador, en uno de los laterales del calzado.
Pero claro que como suele ocurrir con esta marca, tan disruptiva como audaz, lo verdaderamente revolucionario fue la manera en que se promocionaron estos modelos. La campaña se llevó adelante con fotografías del prestigioso artista francés Leopold Duchemin que mostraban zapatillas Balenciaga similares al modelo que se vende, pero muchísimo más destrozadas.
La idea de Balenciaga con esta campaña es dar a entender que su modelo de zapatillas de lona están diseñadas para durar más de 100 años. Precisamente, las imágenes que se difundieron en la ingeniosa movida publicitaria exhiben cómo quedaría ese tipo de calzado tras un siglo de uso. “Aquí se muestran en los retratos de naturaleza muerta de Leopold Duchemin, lo que sugiere que las zapatillas Paris están destinadas a usarse durante toda la vida”, señala la prestigiosa publicación sobre moda BOF.
Hay que insistir, no obstante, en que los modelos en venta -solo 100 pares, de acuerdo con la citada publicación-, no son los de la campaña, ni tampoco están tan terminantemente destruidos como en las fotos de Duchemin, quien además es consultor de Balenciaga.
El precio y la reacción en las redes
Ahora bien, además de la polémica que se despertó en las redes sociales con las características de estas zapatillas “full destroyed”, hay otro ingrediente que sumó más leño al fuego de las controversias y es el que tiene que ver con el precio de estas aparentemente derruidas prendas para los pies. Se trata, ni más ni menos, que de su excesivo precio.
Mientras que un modelo convencional de estas zapatillas de goma y lona cuesta unos 450 euros (475 dólares), el diseño de las “totalmente destruidas” alcanza un precio que triplica (y más) el número anterior. Su costo, de acuerdo con la página oficial de Balenciaga España, es de 1450 euros (1575 dólares). Es decir, que si uno de los cien afortunados que quisiera adquirirlas se encontrara en la Argentina del dólar blue, debería pagar por ellas aproximadamente unos 316.500 pesos. Al oficial, unos 177.000 pesos. En ambos casos, ninguna bicoca.
“Si Cristóbal Balenciaga (el creador de la marca, en el año 1917) estuviera vivo y viera esto, se vuelve a morir”, dijo un usuario de Instagram, debajo de la información de estas zapatillas que realizaba la cuenta de BOF. Fue tan solo una de las miles de opiniones que cayeron como cataratas en la red de redes luego de que la marca de origen español lanzara su campaña de las particulares zapatillas París destruidas.
“Siento que Balenciaga ya es un experimento para ver qué tan p... es la gente”, señaló esta vez un usuario de Twitter, que puso en su publicación las imágenes de los cuatro pares de zapatillas destrozados fotografiados por Duchemin. “Ya perdí la cuenta de los tuits que ponen que Balenciaga está haciendo un experimento para gente p... Pero no, no es ningún experimento. Se llama glamurizar fenómenos sociales, tomando estilos de las clases más bajas, ha existido siempre y se repite una y otra vez”, escribió otra tuitera, tratando de explicar el accionar de la marca.