La Universidad de Buenos Aires (UBA), histórica líder de la educación superior en Argentina, se mantiene como la institución mejor posicionada del país, pero sufrió una caída notable en el ranking mundial de universidades de 2024. Quedó en el puesto 409 y el descenso de 19 posiciones refleja la política de ajuste de la gestión de Javier Milei sobre los fondos destinados a la investigación.
El dato surge del último informe del Center for World University Rankings (CWUR) en el que se destaca que por detrás de la UBA se encuentra la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que también experimentó una caída significativa al descender 20 lugares, alcanzando el puesto 752. Esta caída refleja una preocupación mayor sobre el desempeño de las universidades argentinas en comparación con sus pares internacionales, sobre todo en lo que respecta a la producción de investigación académica de alto impacto, un área en la que aún hay muchas dificultades para competir a nivel global.
La principal responsabilidad de esta situación obedece a la fuerte caída de la inversión en investigación y lo que se tradujo en una reducción en términos reales del presupuesto universitario. El Gobierno recortó un 25% en 2024 en términos interanuales, según el informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Las razones detrás de estos descensos están asociadas principalmente con la falta de inversión en investigación de calidad, un factor crítico para que las universidades puedan competir con las mejores del mundo. Nadim Mahassen, presidente del Center for World University Rankings (CWUR), advirtió en un reciente diálogo con Clarín que, a pesar de la fortaleza de las universidades argentinas en términos de accesibilidad y gratuidad, la investigación sigue siendo un punto débil. "Para competir a nivel mundial, el gobierno argentino debe invertir más en las universidades públicas. Esto les permitirá mejorar tanto la productividad como la calidad de la investigación, lo que conducirá a un avance rápido de la sociedad argentina", señaló Mahassen, quien remarcó que sin este tipo de inversiones, las universidades argentinas seguirán estando rezagadas frente a sus pares internacionales.
Semanas atrás, los universitarios volvieron a la calle contra el abandono al sector por parte del gobierno libertario. Distintos sectores de la UBA marcharon hasta el Palacio Pizzurno, donde está la Secretaría de Educación. El secretario adjunto del sindicato de nodocentes Fatun, Jorge Anró, cargó contra el Gobierno: "Los programas de ciencia, teconología, investigación y extensión universitaria están todos frenados.
En medio de este panorama de retrocesos, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) se destaca como una rara excepción. A diferencia de sus pares, la UNC logró mejorar su posición en el ranking, subiendo 155 lugares hasta alcanzar el puesto 819. Este avance refleja un esfuerzo sostenido por fortalecer áreas clave, como la investigación y la innovación tecnológica, lo que permitió que la universidad lograra superar la caída experimentada por otras casas de estudio.
La Universidad Nacional de Rosario (UNR), en cambio, sufrió un fuerte retroceso, descendiendo 69 puestos hasta el puesto 1576. Por su parte, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) también vio una caída en su ranking, descendiendo 18 lugares hasta situarse en el puesto 1693. Además, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) retrocedió 46 posiciones, colocándose en el puesto 1793, mientras que la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) experimentó el retroceso más pronunciado, cayendo 78 lugares hasta el puesto 1841.
Con información de El Destape
