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El País UTA: El gobierno nacional dictó la conciliación obligatoria

Los colectiveros levantaron el paro

Serán 15 días de negociaciones entre el gremio y las cámaras empresarias con la mediación del Estado

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Crédito: Carolina Camps

La Unión Tranviarios Automotor (UTA), que lidera Roberto Fernández, estaba a punto de comenzar un paro de 24 horas cuando la Casa Rosada, a través de la Secretaría de Trabajo, dictó la conciliación obligatoria. Serán 15 días de negociaciones entre el gremio y las cámaras empresarias con la mediación del Estado. Más allá de que los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no sufrirán la ausencia de este servicio de transporte público, lo cierto es que esta repentina e interesada conciliación dictada por la Secretaría de Trabajo, pretende impactar en la estrategia elaborada por la CGT con vistas al paro general del próximo 10 de abril. En la Rosada creen que han logrado herir a la medida de fuerza de la central obrera. Sin embargo, parecen no recordar que el 9 de mayo del año pasado, durante el segundo paro general de la central sindical, la UTA tampoco participó pero igual la medida de fuerza fue contundente.

La discusión salarial entre el gremio de colectiveros y las empresas se venía estancando ante la falta de propuestas por parte de la patronal, pero sobre todo ante la inacción del Estado. Las reuniones se sucedían sin ningún tipo de acuerdo. Incluso estaba prevista un nuevo encuentro para la próxima semana pero UTA comenzó a dejar trascender la posibilidad de convocar a un paro de 24 horas. Después de meditar un poco, convocaron la medida de fuerza para este viernes 28 de marzo.

Ante la novedad el gobierno hizo primero silencio. Al menos públicamente no dijo nada. Sin embargo, este jueves la Secretaría de Trabajo, que depende del Ministerio de Capital Humano, anunció la convocatoria a conciliación obligatoria. La oficina del Presidente lo informó y avisó que el paro no podía desarrollarse.

"El Ministerio de Capital Humano, a través de la Secretaría de Trabajo, estableció un plazo de 15 días de conciliación obligatoria, durante el cual tanto las cámaras como el gremio están inhibidos de tomar cualquier represalia o medida de fuerza", destaca el comunicado oficial e insta "a los representantes gremiales y empresariales a retomar las negociaciones en un marco de legalidad y respeto".

Las cámaras patronales dicen no contar con el dinero para solventar el incremento que pide el sindicato. Según las empresas, los trabajadores piden una recomposición salarial del 2,5 por ciento cada mes entre febrero y abril. Eso implica que cada trabajador pasaría de cobrar un básico de 1.200.000 a 1.300.000 de pesos. Aseguran que no tienen capacidad para abonarlo. Tampoco hicieron una contra propuesta.

Así, el paro no tardó en llegar. Pero la fecha elegida levantó algunas sospechas en el mundillo sindical. El paro se convoca 14 días antes de la huelga nacional del 10 de abril que anunció la CGT y que la UTA dice adherir.

Entusiasmados por el levantamiento de la medida de los colectiveros y que la conciliación se extiende hasta el 11 de abril, el día después del paro, en la Rosada salieron a advertir que la UTA no podía plegarse a la medida de fuerza de la CGT porque está vigente la conciliación.

Sin embargo, hay dos hechos fundamentales que podrían demostrar que el argumento esgrimido por los hombres del gobierno nacional es por lo menos débil, pero también falaz.

Por un lado, la herramienta conciliación obligatoria se dicta según los conflictos que mantiene un gremio. En el caso de los colectiveros es por la discusión salarial. Por lo tanto, la UTA no puede realizar una medida de fuerza que esté relacionada con lo salarial. Si lo hace se arriesga a multas e incluso a perder la personería gremial. Ahora bien, el paro convocado por la CGT incluye un universo de reclamos que incluye lo salarial, pero no específicamente referido a la situación de los colectiveros, sino a los trabajadores en general. Por lo tanto, la participación de la UTA en el paro del 10 de abril no significaría que rompa la conciliación obligatoria.

Pero hay un segundo dato y está más relacionado con la situación interna que tiene la UTA en general y Roberto Fernández en particular. La conducción de Fernández está fuertemente discutida no solo en la seccional de CABA sino en buena parte del país. De hecho, en el paro nacional del 9 de mayo de 2024, la UTA decidió no participar de la medida de fuerza, pero solo un grupo de líneas de colectivos circularon y no afectaron la contundencia del paro. De hecho, Fernández el año pasado se bajó de un paro de todos los gremios del transporte que habían convocado la CATT y la UGATT.

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