Ubicadas en un entorno de montaña único, las Termas de Fiambalá, en la provincia de Catamarca, son el destino perfecto para quienes buscan relajación, contacto con la naturaleza y sabores regionales. Te contamos qué hacer allí y qué platos no podés dejar de probar.
Aguas termales en plena montaña
Las Termas de Fiambalá, ubicadas a solo 15 kilómetros de la ciudad de Fiambalá, en el oeste catamarqueño, ofrecen un paisaje imponente en la precordillera de los Andes. El complejo termal está compuesto por 14 piletas naturales escalonadas en la ladera de un cerro, con temperaturas que van desde los 28°C hasta los 51°C.
Actividades para todos los gustos
Además del relax termal, el entorno de Fiambalá invita a realizar diversas actividades al aire libre:
Senderismo y caminatas: Hay senderos naturales para explorar la quebrada que rodea las termas, con miradores desde donde se obtienen vistas panorámicas del valle.
Visita a viñedos: Fiambalá forma parte de la Ruta del Vino de Altura. Podés recorrer bodegas locales y probar vinos catamarqueños, especialmente el torrontés.
Cultura local: En el centro de Fiambalá podés visitar la Iglesia de San Pedro, el Museo del Hombre y ferias artesanales con tejidos, cerámicas y productos regionales.
Sabores tradicionales para acompañar la experiencia
Fiambalá ofrece una cocina con identidad andina. Algunos platos y productos que no podés dejar de probar:
Empanadas catamarqueñas: con carne cortada a cuchillo y masa casera.
Locro y humita: comidas típicas del noroeste, elaboradas con maíz, zapallo y carne.
Cordero o cabrito a la llama: carne tierna cocida lentamente.
Dulces regionales: de membrillo, higo o cayote, acompañados de quesillo.
Vinos de altura: especialmente torrontés, malbec y syrah, elaborados en bodegas de la zona.
Muchos restaurantes y casas de comida ofrecen menú casero, y también es común encontrar ferias gastronómicas los fines de semana.