El papá de Kim Gómez, la nena de 7 años asesinada en La Plata, brindó un desgarrador testimonio antes de despedir a su hija. “Somos gente buena, ¿cómo se pueden meter con una criatura? No les importa nada”, expresó Marcos Gómez.
“Hoy me llamó el papá de uno de los chicos (detenidos), lloré toda la noche mirando fotos y videos. Estaba en shock”, sostuvo el papá de la nena, que mirando a cámara le habló al padre de uno de los acusados por el crimen: “Me llamó para pedirme perdón. Quiero que vengas, y me digas a la cara lo que me dijiste por teléfono. Tenés coraje para enfrentarme, a ver si sos sincero. Tu hijo me la mató”.
Luego, el papá de Kim invitó a que el padre del delincuente fuera al cementerio para despedir a la nena: “Quiero que vayas a despedir a mi hija. ¿Sabés qué le gusta? Le gustan los capibaras. Llevale un capibara, mi hija se lo merece”.
“Sé que soy fuerte, pero me siento mal, soy como un niño, estoy destrozado, se me parte el alma, me llevaron a mi nenita. No me dejen solo”, pidió en medio de un desgarrador testimonio. Sobre el final, pidió justicia por Kim.
En caravana, los familiares y allegados de la nena se dirigieron al cementerio de La Plata para darle el último adiós.
La palabra del papá de uno de los detenidos
Este miércoles, el papá de T., el menor de 17 años detenido por el crimen de Kim Gómez, contó que fue él mismo el que lo entregó a la Policía. Además, dijo que el adolescente tiene problemas de consumo y le pidió a la Justicia que no lo liberen. “Que se pudra en la cárcel y que pague por lo que hizo”, exigió Héctor.
El joven, que está acusado de haber robado el auto en el que estaba la nena de solo de 7 años, fue alojado en la Comisaría Octava. Pero por ser menor podría ser trasladado a un instituto a cargo del Régimen Penal Juvenil. “Que se quede tranquilo el padre de Kim, que de ahí no va a salir”, agregó el hombre.
Sobre los momentos posteriores al hecho, Héctor relató: “Yo había ido a comprar unas cubiertas a Buenos Aires y me llama mi hija. Me dice que Tobías se robó un auto y mató a una nena. Le dije que lo retenga, que cuando llegaba a La Plata lo entregábamos”.
“Cuando llegué a mi casa, fui a la (Comisaría) Tercera y no me quisieron tomar la denuncia. Después fui a la Octava y había mucha gente: pensaba que me iban a pegar a mí. Di la vuelta y vi a un patrullero, le dije que quería entregarlo, que sabía dónde estaba. Me subí y los llevé hasta mi casa”, detalló.