
En medio de la creciente crisis en el sistema de salud pública, el Hospital Garrahan se convirtió una vez más en epicentro de conflicto. Este miércoles, el Ministerio de Capital Humano dictó la conciliación obligatoria para frenar el paro de 24 horas anunciado por los médicos residentes en reclamo de mejoras salariales y condiciones de trabajo dignas.
La medida establece un plazo de 15 días de conciliación obligatoria, intimando a los gremios ATE y la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan a suspender toda medida de fuerza. La decisión repite un patrón: la conciliación como única respuesta frente al conflicto laboral, sin resolver de fondo los reclamos salariales que desangran al personal sanitario.
El salario de un residente ronda hoy los 797 mil pesos mensuales, cifra que no sólo queda por debajo de la línea de pobreza sino que resulta irrisoria frente a las más de 70 horas semanales que implica el trabajo hospitalario. “Hace más de un año que no tenemos un aumento significativo”, denunció Belén, residente del área clínica.
Los residentes sostienen guardias de hasta 36 horas, con jornadas extenuantes y nula representación en la mesa de negociación. Desde el gremio apuntaron contra el Estado por el “abandono institucional” y alertaron sobre el deterioro de la salud pública nacional.
Mientras tanto, la protesta continúa en las calles y en las redes, donde una petición en Change.org reunió casi 30.000 firmas en apoyo a los profesionales en formación. La salud pública se defiende, aunque el Gobierno sólo tenga a mano el recurso de siempre: la conciliación obligatoria.