El domingo pasado, un hombre fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Argentina, por la policía aeroportuaria. Había sido denunciado por viajar a España con la intención de matar a su expareja, madre de sus hijos. La víctima, María Alejandra, reveló que desde 2011 hasta 2020 presentó más de 30 denuncias por violencia de género y que su agresor había sido sometido a más de doce perímetros de exclusión, pero esto no detuvo sus amenazas.
María Alejandra relató que su expareja siempre fue una persona agresiva, y la situación se volvió insostenible después de que él perdiera su trabajo, lo que llevó a su separación en 2010. En 2011, aproximadamente un año después de la separación, el exmarido fue a la casa de la madre de María Alejandra en su búsqueda. Al no encontrarla, sacó un arma de fuego y amenazó con matar a su exsuegra y a sus propios hijos, que se encontraban con ella. El hombre causó destrozos en el hogar y, al cortarse las manos, escribió amenazas para su exesposa con su propia sangre.
Como resultado de este terrible episodio, el hombre fue condenado a un año y nueve meses de prisión en suspenso, ya que era su primera infracción ante la justicia. Sin embargo, las amenazas continuaron, lo que llevó a María Alejandra a decidir abandonar el país en 2021 y mudarse a España con sus hijos y su nueva pareja.
Una vez establecida en España, María Alejandra encontró un teléfono celular cubierto de cinta adhesiva en el garaje de su casa, donde solía estacionar su automóvil. Ante el descubrimiento, llamó a la policía de Madrid, quienes investigaron el teléfono y determinaron que pertenecía al agresor, ya que había sido comprado a su nombre con su pasaporte. El celular había sido pegado al automóvil de María Alejandra con el objetivo de rastrear su ubicación a través de una señal GPS. El agresor había viajado a España para cumplir sus amenazas de matar a su expareja.
En respuesta a esta situación, la justicia española actuó rápidamente, otorgando custodia a la víctima y colocando una pulsera electrónica al agresor para tenerlo localizado durante el avance de la investigación. Sin embargo, el hombre rompió la pulsera para salir del país, violando las órdenes judiciales españolas. Finalmente, fue detenido en Argentina el domingo pasado.
El abogado de la víctima describió al agresor como una persona decidida a hacer cualquier cosa y solicitó una condena ejemplar para que su defendida pueda vivir en paz.
