En medio de tantas noticias difíciles, una historia mínima, pero profundamente humana, se volvió viral en Tucumán: Johana Juárez, una joven usuaria de silla de ruedas, compartió en sus redes un agradecimiento público a un chofer llamado Baltazar, que la ayudó sin pedir nada a cambio.
El hecho ocurrió en Tafí Viejo, cuando Johana pidió un viaje en auto. Baltazar no solo la ayudó a subir y bajar del vehículo, sino que además le armó la silla y esperó a que estuviera completamente cómoda antes de retirarse, con una actitud de total respeto y empatía. Y como si eso fuera poco, se negó a cobrarle el viaje.
“Quizás no vea mi publicación, pero me gustaría hacerles saber que aún existe gente buena, amable y empática”, escribió la joven, emocionada por un gesto que —como ella misma relató— contrasta con las situaciones cotidianas que muchas personas con movilidad reducida enfrentan. “Dios le bendiga y le regrese mucho más por su acción”, agregó.
El mensaje, que se viralizó rápidamente, fue acompañado por decenas de comentarios que destacaron la calidad humana de Baltazar. En vísperas del Día de la Bandera, esta historia se convirtió en un verdadero ejemplo de patriotismo cotidiano, de esos que se ejercen sin necesidad de escarapelas ni discursos, solo con gestos nobles.
“Sí, queda gente buena”, repiten los usuarios. Y en un país que muchas veces parece sumido en urgencias, la historia de Johana y Baltazar es una pausa necesaria para recordarnos que la empatía sigue siendo el mejor camino.