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Se presentó el Plan Integral Argentina Irrigada junto a gobernadores

El Plan cuenta con 95 proyectos en ejecución, formulados y en estado de perfil-prefactibilidad, distribuidos en todo el país. Todas las claves, en la nota.

Argentina Irrigada es un Plan de la Secretaría de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal para revitalizar la inversión en sistemas de riego sostenible en el país.

 

El Plan cuenta con 95 proyectos en ejecución, formulados y en estado de perfil-prefactibilidad, distribuidos en todo el país.

 

Argentina, a pesar de haber incrementado su superficie cultivada de manera progresiva desde 2002, no fue acompañando todo ese crecimiento con la implementación de riego tecnificado.

 

Mientras que en América Latina se riega el 10% de la superficie cultivada, en nuestro país solamente la mitad. Diferentes factores han desalentado la inversión en sistemas de riego. Este Plan se propone revertir ese desaliento e impulsar el riego sostenible para la mejora de la producción, la competitividad y el agregado de valor en todo el territorio nacional.

 

El riego en ArgentinaArgentina cuenta con una superficie continental de 278 millones de hectáreas. El 70% corresponde a zonas áridas o semiáridas mientras que solamente el 30% a zonas húmedas.

 

Y aún en las zonas húmedas la incidencia del cambio climático y las condiciones de variabilidad climática hacen necesaria la inversión en sistemas de riego para afrontar las frecuentes sequías.

 

De los 42 millones de hectáreas cultivadas en Argentina solo el 5%, es decir 2,1 millones de hectáreas, corresponden a producción bajo riego. El 65% de esta superficie se riega a partir de fuentes superficiales y el resto con aguas subterráneas.

 

Estimaciones sobre el potencial de riego en ArgentinaSegún un estudio que se publicó conjuntamente con FAO (2015) Argentina tiene potencial para expandir la superficie irrigada en 6,2 millones de hectáreas, lo que llevaría el área irrigada a 8,3 millones de hectáreas.

 

Aumentar la superficie agrícola irrigada producirá:

 

 

Un impacto positivo sobre la producción (cantidad)

 

 

Un impacto positivo en el valor de la misma (calidad)

 

 

Creación de empleo a nivel federal, arraigo y mejores condiciones para el desarrollo de zonas rurales.

Los objetivos del Plan Argentina Irrigada son:

 

 

Aportar una mirada estratégica e integral sobre las posibilidades del aprovechamiento y el uso eficiente del riego tecnificado, con el fin de potenciar las producciones agroindustriales del país.

 

 

Implementar las obras de los proyectos de riego identificados con las provincias promoviendo agendas de inversión público privadas en las diferentes regiones del país que permitan potenciar la producción, el agregado de valor y el arraigo local.

 

 

Diversificar y mejorar la competitividad de la producción, contribuir a las adaptaciones al cambio climático y potenciar la innovación en todo el territorio nacional.

Punto por punto, las claves del plan

El objetivo es incorporar 1,9 millones de hectáreas a la superficie irrigada.

 

 

Contempla una inversión pública de USD 2.066,7 millones para riego tecnificado.

 

 

95 Proyectos de infraestructura hídrica en 20 provincias.

 

 

Se beneficiarán de manera directa 50.717 productores y productoras.

 

 

Se van a generar 80.808 empleos en diferentes regiones de la Argentina.

 

 

Se encuentra aprobado un financiamiento de USD 394 millones para 33 proyectos de riego tecnificado.

 

 

16 se están ejecutando en las Provincias de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta y San Juan.

 

 

17 se encuentran en etapa de formulación y se ejecutarán en el resto de las provincias.

Aumentar la superficie irrigada producirá: 

 

 

Un impacto positivo sobre la producción (cantidad).

 

 

Un impacto positivo en el valor de la misma (calidad).

 

 

Creación de empleo a nivel federal, arraigo y mejores condiciones para el desarrollo de zonas rurales.

 

 

Contribuir a las adaptaciones del cambio climático para afrontar las frecuentes sequías. 

 

 

Los proyectos son financiados con fondos locales y provenientes de bancos multilaterales de crédito como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), y el Fondo Saudí para el Desarrollo.

 

 

Las obras de riego identificadas se llevan adelante en conjunto con las provincias promoviendo agendas de inversión público privadas en las diferentes regiones del país.

 

 

El Valor Bruto de Producción (VBP) de las cadenas involucradas tendrá un impacto global de USD 4.413,6 millones.

 

 

La inversión privada traccionada por los proyectos será de USD 3.232,3 millones, contemplando inversiones en riego, de estructura y mejoras productivas. 

Las declaraciones de Jorge Neme

“El Plan Argentina Irrigada permitirá el desarrollo de nuestro potencial productivo, incorporando 1,9 millones de hectáreas a la superficie irrigada, que hoy cuenta con 2,1 millones bajo riego tecnificado, lo que nos va a dejar en 3,9 millones. Esto significa un incremento del 90%”. 

 

 

“Con este plan estamos generando una política de estado estratégica y con carácter netamente federal; es una respuesta a largo plazo para combatir las consecuencias del cambio climático y prevenir los efectos negativos de la sequía”. 

 

 

“Desde el año 2002 Argentina avanzó con obras de modernización de los sistemas de riego que prácticamente fueron paralizadas en el año 2015. El plan también es un llamado a las provincias y al sector privado para trabajar en conjunto y revertir el desaliento al que se sometió a los sectores productivos argentinos durante la presidencia de Mauricio Macri, etapa donde se perdió competitividad, valor y nuestros productos disminuyeron su participación en el mercado mundial”. 

 

 

“Impulsar el riego sostenible a través de un plan estratégico y federal es un paso fundamental para que lleguemos a nuestro máximo potencial, que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) proyectó en el año en 6,2 millones de hectáreas, lo que llevaría la superficie irrigada de la Argentina a 8,3 millones de hectáreas.

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