Reino Unido. En un giro tan poético como ecológico, una empresa británica ha desarrollado un método revolucionario para honrar a los seres queridos fallecidos y, al mismo tiempo, contribuir al cuidado del planeta. La propuesta: mezclar las cenizas humanas con fragmentos de conchas marinas para crear arrecifes artificiales, diseñados para ser depositados en el fondo del mar y convertirse en hábitats vivos para la biodiversidad marina.
Esta innovadora idea es obra de las diseñadoras Aura Murillo Pérez y Louise Skajem, quienes se unieron con un objetivo claro: transformar los tradicionales y contaminantes ritos fúnebres en prácticas sostenibles y amigables con la naturaleza.
Según detallaron desde el sitio oficial de la empresa, el proceso comienza con la mezcla de las cenizas con partículas de conchas marinas. Luego, mediante impresión 3D, se confecciona una estructura inspirada en los estromatolitos, formaciones milenarias creadas por microorganismos, consideradas como una de las primeras evidencias de vida en la Tierra. Estas “tumbas marinas” no solo rinden homenaje a quienes han partido, sino que además funcionan como sustrato nutritivo para el crecimiento de algas y corales, fomentando la regeneración de ecosistemas submarinos.
“Queremos cambiar la forma en que entendemos la muerte, convirtiéndola en una oportunidad para devolver algo a la Tierra”, explicó Murillo Pérez en una entrevista. “Nuestros rituales pueden ser más respetuosos y, al mismo tiempo, tener un impacto positivo en el entorno natural”, agregó Skajem.
Hasta ahora, la iniciativa se ha llevado a cabo únicamente con cenizas de mascotas, cuyos arrecifes fueron colocados en las aguas de Bali, en Indonesia. Sin embargo, las creadoras esperan que para el año 2026 se puedan realizar los primeros cementerios marítimos para humanos, abriendo la puerta a una nueva concepción de los funerales: más simbólica, más consciente y más conectada con la vida.
