Alerta máxima en Japón: este sábado, una estruendosa explosión sacudió el puerto Zaikazaki en la prefectura de Wakayama, durante la visita del primer ministro Fumio Kishida. El político se encontraba en el lugar para apoyar al candidato de su partido gobernante en una elección local cuando ocurrió el incidente. Milagrosamente, no hubo víctimas, a pesar de que el explosivo cayó a escasos metros de Kishida. No obstante, resultó ileso gracias a la celeridad con la que sus custodios lo alejaron del estallido, aunque igualmente fue evacuado de urgencia al cuartel de Policía por precaución.
La explosión se produjo cuando el premier se disponía a pronunciar su discurso. Lo más preocupante del suceso, además de la intención magnicida detrás de él, es que tuvo lugar tan solo nueve meses después del asesinato de uno de los predecesores de Kishida, Shinzo Abe, mientras pronunciaba un discurso de campaña en la ciudad occidental de Nara. Luego de una investigación que halló deficiencias en la seguridad del dirigente, la policía reforzó sus medidas de seguridad en Japón.
Un presunto implicado fue detenido en el lugar del incidente. Imágenes de los medios locales mostraron a varios agentes uniformados y vestidos de civil reunidos a su alrededor. El individuo fue arrojado al piso y arrastrado hacia un costado. Según trascendió, habría lanzado una bomba de tubo.
El dirigente iba a continuar con su programa de campaña del sábado por la tarde después del incidente, según confirmó el Partido Liberal Democrático en Twitter. “Es lamentable que algo así haya sucedido en medio de una campaña electoral que constituye la base de la democracia. Es una atrocidad imperdonable”, acotó.
Una mujer en la escena le dijo a NHK, medio local, que vio el objeto en el exacto momento en el que voló por encima de su cabeza. “Me dio un mal presentimiento, así que salimos corriendo increíblemente rápido. Luego escuchamos un ruido muy fuerte. Hizo llorar a mi hija y nos asustó a todos”, confesó.
AntecedentesEl ataque contra Kishida recuerda al atentado contra Shinzo Abe en 2022. El exprimer ministro japonés murió el 8 de julio en el hospital tras recibir un disparo durante un acto de campaña, en un hecho que generó una profunda conmoción. Tetsuya Yamagami, el hombre que mató a Abe, creía que el exmandatario estaba vinculado a un grupo religioso al que culpaba de la ruina financiera de su madre, y pasó meses planeando el ataque con una pistola casera, informó en ese entonces la policía japonesa. El sujeto de 41 años estaba, asimismo, adiestrado en el uso de varios tipos de armas como resultado de su paso por la Fuerza de Autodefensa Marítima entre 2002 y 2005.
