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El Mundo #Insólito

Detuvieron a una mujer por llevar a su hijo 120 veces al médico en dos años

La mujer llevó a su hijo 120 veces al médico durante dos años, es decir, una vez cada 6 días, inventando enfermedades inexistentes. Enfrenta cargos por maltrato infantil, y sospechan que padece Síndrome de Munchausen.

Una mujer española de 38 años fue detenida por la Policía de Málaga tras ser denunciada por supuestamente medicar en exceso a su hijo y manipular sus síntomas. Las autoridades sospechan que la madre sufre de síndrome de Munchausen.

 

El Servicio de Protección al Menor de la Junta de Andalucía declaró en desamparo al menor, que se encuentra actualmente con una familia sustituta. Su padre y ex pareja de la mujer fue quien la denunció por suministrarle medicamentos al niño alegando enfermedades inexistentes.

 

Según trascendió, la detenida llevó al menor al doctor al menos 120 veces durante un período de dos años, es decir, una vez cada 6 días aproximadamente. Agentes de la Comisaría Provincial a cargo de la investigación constataron que el chico fue al médico en 73 ocasiones sólo en 2020 y un total de 57 durante el año pasado.

 

La mayoría de las consultas al pediatra eran por cuestiones innecesarias, reveló la Policía. “Exageraba los síntomas” que padecía, o directamente “se inventaba algunos problemas de salud del niño” en su “obsesión por sobreproteger a su hijo”.

 

¿Qué es el síndrome de Munchausen?Las autoridades sospechan que la arrestada padecería el síndrome de Munchausen por poderes, “una modalidad poco frecuente de maltrato infantil en la que el cuidador provoca efectos lesivos al niño relacionados con una asistencia médica innecesaria”, explicaron.

 

Quienes padecen esta patología suelen, en su rol de cuidadores, referir una serie de síntomas, algunos de ellos extraños, que no encajan con ninguna enfermedad y que ningún examen médico avala.

 

 

En este caso, “la investigada ejercía tal manipulación sobre los profesionales sanitarios que muchas de sus demandas eran cumplidas”, informaron los investigadores. La mujer justificó su accionar ante la constante atención que prestaba al niño.

 

De acuerdo a los relevamientos realizados en la escuela a la que asistía el menor, los servicios sociales y el hospital que lo atendió, la detenida mentía a la hora de hablar sobre los síntomas de su hijo, llegando a demandar un aumento de las dosis de ansiolíticos por una creciente agresividad del pequeño que sería inexistente.

 

Los profesionales que prestaron atención médica al chico coincidían en que se trata de un niño pacífico con sus pares y que no presentaba ataques de ira ni lesiones auto infligidas. 

 

 

La madre llegó incluso a plantear a la pediatra la implantación de una sonda gastrointestinal por presuntos episodios continuados de vómitos. La progenitora alegaba que las náuseas se acentuaban cuando el niño pasaba unos días con el padre.

 

El chico está evolucionando favorablemente y pasó de ser alimentado con purés a comer sólidos por si solo o trepar un tobogán cuando la madre insistía en que necesitaba una silla de ruedas porque se caía todo el tiempo.

 

Los investigadores creen que la obsesión de la madre por sobreprotegerlo podría ir dirigido a la obtención de beneficios secundarios, en concreto la obtención de planes sociales y la justificación ante terceros que el padre del menor no le brindaba suficiente atención.

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