La violencia le ganó al fútbol, una vez más. Cuando todo hacía indicar que, en el Día del Padre, concurrir a la cancha a alentar a tu equipo favorito podía ser un buen plan para la tarde del domingo, los violentos de siempre lo arruinaron todo en la ciudad de Beltrán, donde se enfrentaron el local, Unión, frente a Sportivo Fernández.
Corría el minuto 16 del segundo tiempo, con el marcador igualado 1-1, cuando al talentoso y experimentado mediocampista César Rivera le arrojaron un proyectil y lo impactaron en su cabeza.
Cabe aclarar que la agresión partió de parte de la hinchada visitante.
La ambulancia que estaba en el lugar, trasladó al futbolista al hospital, nosocomio donde quedó en observación por un trauma, según indica el parte oficial, debido a un objeto contundente que le lanzaron desde la popular visitante.
Minutos antes de esta situación, el entrenador José María Yocca discutió -desde el campo de juego- con algunos parciales del local, supuestamente porque lo estaban insultando mal al DT. Yocca fue expulsado por el juez del encuentro por esta situación.
Este incidente habría sido el detonante para la siguiente agresión que sufrió Rivera. Lamentablemente, el árbitro del partido, ante la partida de la ambulancia y el traslado del futbolista al hospital, no le quedó otra que suspender el encuentro a los 35m (estuvieron 20 minutos parados esperando el regreso de la ambulancia). Nuevamente los violentos le ganaron al fútbol.
