Llegó en silencio, “camuflado” con una gorra de color negra y un barbijo que le tapaba casi todo el rostro. Además, su indumentaria no revelaba que se trataba de un deportista. Quizás su metro y noventa y ocho centímetros podría haberlo delatado, sin embargo, pasó casi desapercibido, también, porque en el avión que lo trasladó desde Buenos Aires a Santiago del Estero venían los dos extranjeros de Quimsa: Brandon Robinson (1,98) y Eric Anderson (2,04), además de toda la delegación de la división Reserva del club Vélez Sarsfield (hoy enfrenta a Central Córdoba).
Entonces, en ese marco, nadie se dio cuenta en el avión, ni tampoco en el aeropuerto mismo, que estuvieron viajando y que tenían enfrente al reciente campeón de América y al MVP del torneo que se jugó en Recife, Brasil: el santiagueño Gabriel Alejandro Deck (27 años).
Nuevo Diario, único medio presente en la llegada de “Tortuga” en el aeropuerto local, esperó pacientemente su momento (fue uno de los últimos en recibir su equipaje), hasta poder tener un “uno contra uno” con el orgullo santiagueño.
Simple, con la tonada característica, nos saludó afectuosamente y se dispuso a charlar unos minutos, pese a que no tenía demasiado tiempo.
“Vengo por un día y medio. Vengo a ver a la familia, a mis abuelos, principalmente, y a mi viejo. Vengo a cargar un poco las pilas y a descansar un poco, ya que luego serán diez meses largos en los que no podré venir a casa. La idea es descansar, pasarla bien, comer un cabrito, un buen asado y estar rodeado de la familia y de los amigos”, relató Gabriel Deck.
—Gracias por las alegrías, fue un orgullo y un placer verte jugar en ese nivel...
—Muchas gracias. Sí, estoy feliz por todo esto hermoso que vivimos, ganar el campeonato en Brasil y jugar como jugamos, como un verdadero equipo. Estamos orgullosos de lo que hicimos y muy contentos por haber ganado este torneo, luego de once años.
—¿Esperabas rendir de esta manera?
—Nos preparamos muy bien en Bahía Blanca y Mar del Plata para lo que fueron los dos partidos de la Ventana de Eliminatorias y esta AmeriCup. Nos enfocamos en un objetivo. Perdimos un solo partido de ocho, el primero, contra Canadá de visitante. Luego los ganamos a todos. En lo personal, muy contento con este presente, pero ustedes saben que esto es partido tras partido. Una noche puedes estar bien, la otra le puede tocar a un compañero…en el básquet es así.
—Dio la sensación de que tomaste la posta que dejó Luis Scola, en lo que hace a hacerse cargo del goleo del equipo…
—Todos tomamos la posta de Luis (Scola) y de los anteriores jugadores y cuerpos técnicos que pasaron. Ahora somos nosotros los que estamos en la Selección y hay que hacerse cargo, siguiendo los lineamientos que nos dejaron los grandes jugadores que antes integraron la Selección nacional. En lo que hace al goleo, creo que se dio así, como dije antes, habrá noches en los que no me tocará anotar y sí lo hará otro compañero. El básquet es un juego de equipo, ustedes lo saben.
—El nuevo entrenador depositó una gran confianza en tu juego, dio esa sensación…
—Sí, como en todos. Lo conocíamos a Pablo (Prigioni), estuvo en todo el proceso de entrenamientos junto a nosotros. En ese momento era uno de los entrenadores asistentes de Néstor (García). Luego le tocó asumir como entrenador-jefe. No cambió las jugadas preestablecidas, pero sí nos brindó confianza y tranquilidad para jugar. Creo que eso se notó.
Nuevo Diario le mostró luego el póster que armamos en la edición de anteayer con su figura y la nota que sacamos con sus declaraciones. “Está todo muy lindo, muchas gracias”, dijo con su habitual simpleza. Y luego se dispuso a grabar un video que le solicitamos, que en estos días será subido a nuestra web, con motivo de la celebración de un nuevo aniversario (Nº 31) de nuestra editorial. “Muchas gracias por el apoyo de siempre”, dijo al final Gabriel Deck.
Luego, lo acompañamos hasta la camioneta (blanca) que lo esperaba en el estacionamiento, para ser trasladado a Colonia Dora, su lugar en el mundo.
Carlos Deck, su papá, manejaba la misma. “Me lo llevo a comer un cabrito muchachos”, dijo en su despedida el papá.
¡Qué placer “Gabi”, verte jugar, verte disfrutar, verte ser uno más de nosotros, los santiagueños, en casa!
Enhorabuena “MVP”. Disfrute de las grandes ligas o de las pequeñas cosas, con la humildad que lo caracteriza y con los pies sobre la tierra, como siempre. Usted se lo merece más que nadie.