Ser docente es una tarea que implica amor, vocación y paciencia, pero estas características se intensifican cuando se trata de la educación que se les debe dar a los más pequeños, es por eso que en el Día de la Maestra Jardinera y de los Jardines de Infantes, la directora del jardín Inti Huasi, Lorena Suárez, destacó la labor que realizan. 

“Es un trabajo de dar educación desde el amor, un papel importante dentro de la vida del niño donde vemos las primeras cosas que aprenden en su vida. Es enseñarles a través del juego, del acompañamiento, el trabajo planificado de cada docente que lleva su tiempo”, comenzó relatando a Nuevo Diario.

En el jardín cuentan con salita desde los dos años, por lo que la paciencia y diálogo con los padres es una cuestión permanente, “en esta etapa se lleva adelante más que nada la socialización de los niños, son muy pequeños y les cuesta habituarse en un lugar donde hay muchos más pequeños, aprenden a compartir. Estas salitas implican mucha más planificación todos los días para las docentes”.

Integración

Una de las banderas de la institución es la integración, por lo que además de la tarea con los pequeños de 2 añitos también se trabaja junto a docentes integradoras con 15 niños con diversas discapacidades, “esta es una tarea en conjunto entre maestras, padres y los mismos compañeros también, la integración es algo primordial para nosotras, es otra solapa de la docencia con amor”.

Más que maestras

Consultada sobre el rol que ocupan en la vida de los niños destacó: “Dentro de la salita casi todos los días debemos ser mamás, doctoras, psicólogas, tanto para los niños, es un rol que vamos tomando con los días, sin darnos cuenta, va más allá de ser solamente docentes”, subrayó Suárez.

Además, continuó: “Para ser maestra jardinera, se necesita mucha vocación, somos las que vamos a enseñarles desde la educación las primeras cosas que van a aprender, hay que tomarla con mucha responsabilidad, trabajamos con personitas a las que hay que brindarles cariño y paciencia”.