Luis Abel Guzmán no improvisó nada. Se tomó el “trabajo” de idear el plan perfecto para asesinar a su compañero, en la peluquería de Recoleta (Buenos Aires) y no dudó en matarlo y luego escapar.
Según la investigación que realiza la Policía de Buenos Aires, el hijo de santiagueños ideó el plan de la ejecución de Germán Gabriel Medina durante dos meses.
El detonante de su macabra idea se produjo luego que en ocho meses, Medina le “robara” sus clientes y además lo “delatara” con el dueño del local por usar formol —de uso prohibido por su peligrosidad— con sus clientes.
En dos meses, estudió cada movimiento de Medina y de sus compañeros. También logró conseguir el arma de fuego con la que lo asesinó de un tiro en la cabeza la tarde del 20 de marzo. Sabía que luego de terminar el trabajo, siempre se reunían para charlar y luego se retiraban.
Esperó esa conversación y extrajo el arma, le disparó y escapó en su auto, que nunca llevaba al trabajo.
