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Opinión #Opinión

Y Yo: ¿Qué tengo que ver?

¿Cuántas veces hemos pronunciado estas palabras? y ¿Cuántas veces las hemos escuchado? Posiblemente muchas más de las que podemos recordar.

Permanentemente interactuamos con otras personas en distintos ámbitos: familiares,  laborales y sociales.

 

En general las relaciones son particulares con cada individuo por el entorno, por la persona misma y por el tipo de vínculo que mantenemos con ella.

 

Dadas las características que hacen a cada tipo de relación como única y especial, podemos encontrar algunos elementos que las hacen más provechosas.

 

En este sentido, la definición clara de las responsabilidades y derechos, en cualquier interacción entre dos o más individuos, es fundamental; ya que delimita las acciones de cada uno generando un marco de previsibilidad y trazabilidad. Dejando clara y explícitamente establecidas las reglas de juego en cada relación.

 

Veamos un ejemplo: si voy a jugar al tenis con mi mejor amigo y el turno es a las 21 hs, se que debo estar en horario y llegar con el tiempo previo para cambiarme y poder ingresar a tiempo a jugar y que mi mejor amigo no se moleste. Además, tenemos que respetar las reglas de juego y salir en noventa minutos de la cancha, cuando finaliza el turno. Nunca discutimos el uno con el otro por un punto, si es bueno o malo, pues nos tenemos plena confianza entre ambos. Confianza que logramos a raíz de conocernos desde los tres años. 

 

¡Nuestra única pelea radica en ser el que paga e invita el alquiler de la cancha! 

 

No tenemos un contrato escrito explícitamente con derechos y obligaciones; pero sabemos en forma implícita, por nuestras charlas y vivencias, cómo comportarnos y cómo cuidar nuestra relación.

 

En lazos formales laborales, societarios e institucionales, las reglas de juego están escritas y también hay normas de relación implícitas.

 

Mantener las reglas de juego a lo largo del tiempo, respetando lo pactado explícita o implícitamente es un pilar basal para que las relaciones sean prósperas y fructíferas para las partes.

 

Entonces ustedes se preguntarán: ¿Qué tendrán que ver las relaciones con la economía de una nación? La respuesta es sencilla: tienen TODO que ver.

 

En la medida en que un país logra vincularse con sus ciudadanos de forma tal que todos los derechos y obligaciones en esa relación estén claramente definidos, acordados y alineados; podemos concluir que esta será provechosa de largo plazo.

 

Esta claridad en las reglas de juego dará previsibilidad y, como dije antes, horizonte de mediano y largo plazo. Lo que se traduce en incrementar notablemente las probabilidades de crecimiento para un país. 

 

Por ejemplo, cualquier país que quiera recibir inversiones precisa ser claro con todas las leyes/contratos que van a regir estas inversiones que ingresen. Si estas reglas de juego se van modificando permanentemente, quienes invierten pierden parte de la seguridad que necesitan tener para disfrutar de los beneficios de estas inversiones. Porque en definitiva, eso es lo que busca un inversor. 

 

Aclaro que cuando hablo de inversiones no me refiero a inversiones bursátiles o financieras solamente; sino que aludo a montar una fábrica, desarrollar un campo, construir, etc.

 

Lo mismo sucede con gobiernos extranjeros, ciudadanos de otros países, empresas e inversores foráneos. Las reglas de juego claras en las relaciones internacionales, con aquellos que no son argentinos, traen muchos beneficios: Atraen inversiones en industrias, financieras, turismo, etc… Generan en caso de necesitarlo, préstamos con menores tasas de interés (préstamos más baratos para el país y para los residentes del país).

 

La seriedad y el respeto en las relaciones tienen sus costos pues muchas veces resulta tentador violarlas; pero está demostrado y es claro que los beneficios, que muchas veces no son inmediatos, superan altamente los costos. 

 

Nuestro país como un todo tiene un camino importante para recorrer en este sentido. Es un largo sendero; pero vale la pena el sacrificio de corto plazo.

 

Cuando pregunten: Y Yo ¿Qué tengo que ver? Ya sabremos que contestar.

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