Admirar a la naturaleza y enaltecerla con el don de la fotografía anuncia la chance de perpetuar instantes únicos y fascinantes, sobre todo cuando se vive en un entorno rico en biodiversidad y paisajes, como el de la costa atlántica rionegrina.
Lo puede testificar Agustina Ramírez, una joven estudiante de la Licenciatura en Biología Marina que la apasiona bajar a la playa de Las Grutas y tomar escenas del momento, que luego comparte en sus redes sociales.
Las últimas son de las más asombrosas, porque logró capturar a delfines y lobos marinos que se internan en las olas y se dejan llevar hasta poco antes de que se desintegraran en la costa, donde los animales se esfuman con gran rapidez.
La claridad del día y la transparencia de las aguas, junto con la mano de autora, permitieron que los ejemplares, característicos de la bahía de San Antonio, se destaquen con total nitidez en las imágenes.
Verdaderas postalesAgustina no olvida el evento. “No lo había visto nunca acá. Si en fotos de otros lugares, como en Australia”, señaló.
En efecto, Google muestra imágenes parecidas en ese distante país, como también en California (EU)) y en Brasil.
La bióloga contó que llegó a la costanera en su bicicleta con la idea de fotografiar a los surfistas que se reúnen cuando el estado del mar lo permite, y esa tarde se prestaba.
Bajó por la Primera Bajada y cuando fijó la vista en el mar, que estaba en plea, advirtió varias aletas de delfines que se acercaban, precisa LM Neuquén.
Como un acto reflejo metió la mano en la mochila y sacó su cámara, pero justo la tenía con un lente de poco alcance, así que con la misma rapidez colocó el más adecuado y apuntó.
Ahí se encontró en primer plano con un grupo de cuatro delfines, por lo que descargó la ráfaga. Luego repitió cuando apareció un quinto ejemplar, y así en manda, dentro del cuerpo de la ola siguieron hacia el sur, hasta que los perdió de vista, precisa LM Neuquén.
“Fueron noventa segundos, un minuto y medio”, sostiene emocionada al relatar la experiencia. Por si fuera poco, enseguida aparecieron tres lobos marinos, a los que también pudo retratar.
Agustina es de Buenos Aires y llegó en a la región en 2012 para estudiar en la Universidad Nacional del Comahue. Le quedan cuatro finales y la tesis para graduarse, y en eso está.
“Los delfines son nariz de botella (Tursiops truncatus) y los lobos son de un pelo (Otaria flavescens)”, explica científicamente.
La carrera universitaria la comparte con la fotografía. Comenzó como un entretenimiento con el paisaje de la playa, las aves y animales marinos y sus amigos los surfistas. Con el tiempo la afición se transformó en una salida laboral. Asiste a eventos sociales y festivos, y también incursionó en “fotoproductos” para comercios de la localidad.
Está encantada con el sur. “Me siento re- patagónica, estoy enamorada de la paz y la naturaleza”, subraya. Sus obras lo certifican.
