Fue de esos jugadores aguerridos, con un temperamento único, que jugó prácticamente en todos lados y ganó varios campeonatos. Surgió en Central Córdoba, pero Mitre le dio la gran chance de poder trascender aún más en el fútbol, como él mismo lo indica, teniendo en cuenta que jugó además de los equipos de Santiago, en el fútbol colombiano, Newell’s y tuvo técnicos de la talla de Reynaldo Rueda, Marcelo Bielsa, entre otros. Ángel Oscar Storniolo (50), más conocido como el “Tano”, es otro “trotamundos”, que se dio el gusto de rendir a donde jugó.
El exmediocampista, mantuvo un imperdible diálogo con Nuevo Diario.
—¿Dónde fueron y en qué año sus inicios en el fútbol?
—Me inicié en Central Córdoba cuando tenía 16 años y luego de ello, me vendieron a Newell’s Old Boys de Rosario. Ahí tuve entrenadores de la talla de Jorge Griffa, Marcelo Bielsa. Desgraciadamente, cuando volví a Santiago de vacaciones, sufrí un accidente y el club me dejó libre. Tuve que regresar a Central y el técnico que estaba en ese momento, no quería contar con mis servicios porque veía que “rengueaba”. Me dejaron libre y ahí fue que me llevó Luis Ricardo “Kuki” Barrientos al club Mitre y fue que en ese momento, cambió por completo mi vida.
—¿En cuántos clubes jugó?
—Estuve en varios: Central Córdoba, Mitre, Newell’s, Cortuluá de Colombia en primera división y ahí tuve como técnico a Reinaldo Rueda (ex- Selección Colombia y actual DT de Chile) y tuve como compañero a Mario Yepes. También pasé por All Boys, Sarmiento de Catamarca, Almagro, Racing de Córdoba.
—¿Qué es lo que más se extraña de su etapa como futbolista?
—Lo que más extraño es compartir el día a día con amigos y compañeros. Y por supuesto, se extraña la adrenalina del día de los partidos.
—¿En qué equipo pasó sus mejores momentos?
—Tuve muy buenos momentos durante mi carrera deportiva, pero creo que en Mitre pasé una linda etapa. El cambio fue importante para mí, yo llegaba de Central Córdoba y había un gran grupo de jugadores, y casi todos mayores que yo y tenían su nombre. Era uno más, pero después me dieron mi propio lugar y me sentía muy cómodo. Tuvimos una gran racha de más de 30 partidos sin perder y llegamos a las semifinales del Torneo del Interior frente a All Boys en 1990. Estoy agradecido porque Mitre me abrió las puertas para que pueda trascender y jugar afuera de la provincia.
—¿Cuál es la anécdota que más le quedó?
—La que me quedó grabada fue cuando integraba el equipo de Racing de Córdoba. Hacía tres o cuatro meses que no cobrábamos los sueldos. Nos decían que nos iban a pagar y cuando estábamos esperando para cobrar, nos asaltaron adentro de la Secretaría de la institución. Es algo que nunca me olvidé. Y otra que me acuerdo mucho es jugando para All Boys contra Chacarita, en San Martín. Nosotros íbamos ganando y con el triunfo, Chacarita se iba al descenso (Primera C). Estábamos 1 a 0 arriba y en el entretiempo, los hinchas de ellos empezaron a golpearnos las ventanas de los vestuarios y nos insultaban. No tuve miedo, pero fue algo raro lo que nos pasó.
—¿Cómo fue haber estado en Central y después llegar a Mitre?
—En Central era chico todavía y había jugadores de renombre y jerarquía, en el Nacional B. El hecho de haber pasado a Mitre me consolidó como jugador y me hizo un futbolista muy respetado. Pasé a tener mi propio nombre. Siempre digo que nací en Central, pero el “auri” me formó futbolísticamente, estoy muy agradecido y soy un hincha más.
—Si tiene que elegir al mejor entrenador de su carrera, ¿quien sería?
—Me tocó tener grandes entrenadores. Por ejemplo, me dirigió Segundo Corbalán, un tucumano que siempre me apoyaba. “Kuki” Barrientos es alguien que me enseñó y por él, pasé a jugar como volante central. Después lo tuve a Marcelo Bielsa, Jorge Griffa, que me enseñaron a correr en la cancha. También tuve el orgullo que me dirija Luis Pérez Medone en All Boys, Trillini en Almagro, Reinaldo Rueda en Colombia. Un tipo profesional. De todos aprendí muchísimo. Elegir uno sería injusto y siempre seré un agradecido.
—¿Un compañero?
—Una pregunta difícil, porque tuve y tengo muchos amigos a través del fútbol. Uno llegando a otro país, como lo fue Colombia, me encontré con Mario Yepes, una excelente persona y lo elijo a él porque me sirvió para poder adaptarme a otro país.
—¿El mejor partido de su carrera?
—Gracias a Dios tuve varios partidos buenos. Pero me marcó un All Boys-Chicago, el clásico. Me tocó ser figura y me entregaron el trofeo Solo fútbol (revista deportiva de esa época). Fue uno de mis mejores partidos y que me quedó grabado. También tuve varios buenos partidos en Mitre.
—¿Cuántos títulos pudo festejar y cuál es el que más recuerda?
—En Central Córdoba gané campeonatos locales. Mientras que en Mitre estuve 8 o 10 años y ganamos 8 títulos. En Huracán de San Rafael y San Martín de Mendoza llegamos a finales para ascender y con Ñuñorco de Tucumán pudimos ascender al Argentino A. En tanto que en Colombia hicimos una buena campaña.
—¿Qué recuerda de esos enfrentamientos con Central jugando para Sarmiento de Catamarca y en Mitre?
—Siempre recuerdo esos partidos. En Catamarca pasé un momento especial, donde se formó un muy buen equipo, con jugadores de diferentes partes del país y nos faltó un partido solamente para ascender al Nacional B. Jugar contra el club que uno se ha iniciado y que me corran como lo hicieron, era una manera de mostrarle a esa gente que se equivocaron feo conmigo. Era como una revancha. Y con Mitre, enfrentarlo ya era un plus.
—¿El jugador que más lo impresionó y que pudiste tener como compañero?
—Jugué con grandes jugadores, pero si tengo que elegir a uno, nombro a René Bravo. Un jugador diferente y siempre digo que fue el mejor jugador que tuve a la par mía. Era distinto, con una claridad y habilidad única. Era completo.
—¿Tiene pensado ser de nuevo DT?
—Me encanta estar ligado al fútbol y si sale algún ofrecimiento para ser entrenador, estará a la orden del club que me contrate.
—¿Cómo está pasando esta larga cuarentena obligatoria?
—Y un poco confundido porque uno no sabe a donde está parado y le ruego a Dios que todo esto termine pronto y podamos estar de nuevo en familia. Aunque de a poco estamos volviendo todo a la normalidad.
—¿Alguna deuda pendiente como jugador?
—El hecho de haber estado en equipos de primera, como lo fue Newell’s y tener como compañero a Batistuta, Gamboa, Franco y técnicos como Bielsa, Griffa. Fue un placer tenerlos, pero quizás si no me hubiera accidentado en ese entonces cuando formaba parte del club rosarino, hubiese tenido la gran chance de consolidarme y me hubiese gustado jugar en la Selección Argentina. Eso es una deuda pendiente.
—¿A qué se dedica actualmente?
—Actualmente trabajo con la organización de eventos, que se llama “Tano Eventos”. Trabajamos mucho en los casamientos y cumpleaños de 15. Una vez que terminé mi carrera como jugador, todo el mundo me dio la espalda y siempre digo que el único que me abrió las puertas fue el intendente de La Banda, Pablo Mirolo. Estoy muy agradecido con él por el apoyo.
—¿Oscar Storniolo es...?
—Me considero una persona que se dedicó de lleno al fútbol y por eso pude llegar lejos. Tuve profesionalismo. Soy una persona que se dedica mucho a la familia.
