Jorge Luna nació el 21 de agosto de 1968 en nuestra ciudad y surgió en Central Córdoba. Jugó la mayor parte en el “ferroviario” y terminó su carrera en el Club Atlético Mitre en 1997. En la actualidad (ayudante de campo de la novena división de la entidad del barrio “Oeste”), el exmediocampista de 51 años, que también vistió las camisetas de Güemes y Central Argentino, recordó los mejores momentos de su carrera y fue otro que eligió Nuevo Diario.
Imperdible.
– ¿Cómo fueron y en qué año tus inicios en el fútbol?
– Mis inicios fueron en el club Central Córdoba. En el año 1983 empecé en sexta división.
– ¿Por cuántos clubes pasaste durante tu carrera?
– Pasé por 4 clubes: Central Córdoba, Güemes, Central Argentino y Mitre.
– ¿Qué es lo que más extrañas de esa etapa?
– Lo que más extraño es el vestuario, las juntadas con mis compañeros y sobre todo, los partidos. Lo más lindo, jugar los clásicos.
– ¿Dónde pasaste tus mejores momentos?
– En mi querido Central Córdoba. Es como mi segunda casa, allí conocí lo que es la amistad. Integré grandes planteles y sobre todo, con excelente personas. Fueron épocas inolvidables.
– ¿Cuál es la anécdota que más recuerdas?
– La anécdota que más recuerdo fue cuando me tocó viajar por primera vez en avión. Fuimos a Buenos Aires para jugar con Chacarita. Estaba muy nervioso, era todo nuevo para mí y gracias a Dios salió todo bien.
– ¿Quién fue tu mejor entrenador?
– De todos los técnicos que tuve aprendí algo, pero los que más me llegaron y me marcaron en mi carrera fueron don Julio San Lorenzo y Jorge Lutman. Dos grandes.
– ¿Un compañero?
– Un compañero, pero más que eso, es como mi hermano, Juan Carlos Alurralde. Un excelente ser humano.
– ¿Cuál fue tu mejor partido?
– Mi mejor partido fue cuando debuté en el Nacional B con Central Córdoba y contra Tigre. Ganamos 2 a 1. Fue inolvidable.
– ¿Cuántos títulos pudiste festejar y cuál es el que más recuerdas?
– Pude festejar dos títulos, uno en Central Argentino y el otro en Mitre. El que más recuerdo es el que conseguimos con Central Argentino porque nos dirigía don Julio San Lorenzo, quien ya no está con nosotros. Fue un gran técnico y una persona especial.
– Tu paso a Mitre ¿cómo se dio?, ¿era difícil cruzar la vereda de enfrente en ese entonces?
– Sí, la verdad era difícil cruzar de vereda y me costó mucho tomar esa decisión. Aunque a la vez, no quería dejar de jugar y el que me llevó y me insistió para ir al “auri” fue un profesor que tuve en Central Córdoba, don Aníbal Ávila. Él era hincha de Mitre y me empujó a tomar la decisión de irme para el 8 de Abril. Me costó, pero soy un agradecido con los jugadores que integraban el plantel en ese entonces porque me trataron de maravillas y me hicieron sentir como si siempre hubiese jugado ahí. Y eso que venía del clásico rival y más porque siempre me identifiqué con Central. Gracias a Dios, tuve grandes compañeros y excelentes personas como Alejandro Peralta, Antonio “Bandera” Cejas, Jorge Pérez y “Pancho” Leiva. Todos fueron muy buenos conmigo.
– ¿Un ídolo?
– Un ídolo dentro y fuera de la cancha el “Pollo” Roldán, en todo sentido.
– ¿Quién fue el jugador que más te impresionó por su calidad?
– El jugador que más me impresionó fue Claudio Chena, un goleador y uno de los jugadores más completos que vi.
– ¿Qué le genera haber jugado en los dos clubes más grandes de la provincia?
– Haber jugado en los clubes más importantes de la provincia me genera mucha satisfacción. Siempre me entregué al máximo donde me tocó jugar y lo que más rescato es haber cosechado muchos amigos, que hasta el día de hoy siguen vigentes.
– ¿No te animaste a ponerte el buzo de DT?
– Me gustaría mucho poder hacer el curso de técnico, aunque actualmente estoy trabajando como ayudante de campo de la novena división de Central Córdoba. Uno aprende mucho en el día a día con los chicos.
– ¿Y a la cuarentena cómo la llevas?
– Por suerte todo bien, cuidándonos y esperando que todo se normalice de a poco.
– ¿Alguna deuda pendiente?
– Me hubiese gustado tener más continuidad en el Nacional B con Central Córdoba, pero estoy muy contento por la carrera que hice.
