Hoy, se conmemora el Día Nacional del Perro, en conmemoración Chonino; un can de la Policía Federal Argentina que fue asesinado de un disparo cuando salió en defensa de su guía que había sido asaltado. Antes de ser atacado por los ladrones, el perro policía, logró arrancar un trozo del bolsillo de uno de los malvivientes, que fue secuestrada y luego, permitió detener a los agresores.
Chonino era un perro Ovejero Alemán nacido el 4 de abril de 1975. En diciembre de 1977 fue reclutado por la Policía Federal Argentina en la División Perros y luego de ser adiestrado como perro de seguridad, se lo catalogó como perro de presa; por lo que se lo reconocía apto para entrar en acción en situaciones donde peligrara la vida de sus conductores o terceros inocentes.
El trágico hecho que se le costó la vida al can, se produjo el 2 de junio de 1983, cuando realiza un patrullaje de rutina junto a su guía, el Suboficial Luis Sibert, en compañía del agente Jorge Ianni. En ese momento, el uniformado, fue sorprendido por dos sujetos que en actitud sospechosa merodeaban la zona de los comercio.
De inmediato, los federales trataron de identificarlos, por lo que uno de los delincuentes comienzan a efectuar disparos. Los policías y los sospechosos iniciaron un forcejeo. En el enfrentamiento, ambos oficiales resultan gravemente heridos, como también los delincuentes, alcanzados por las balas del Suboficial Sibert, aunque heridos de menor gravedad logran huir.
Durante la fuga, Chonino, al ver herido a su guía y recibiendo la voz de ataque, corre y se abalanza sobre uno de sus agresores, lo ataca y logra desarmarlo, pero recibe un disparo en el pecho, efectuado por el cómplice del delincuente, que le atraviesa todo el torso. El animal, agonizando, se arrastra con sus últimas fuerzas más de 100 metros hacia su guía que yacía gravemente herido en el suelo y muere sobre él, el Suboficial Luis Alberto Sibert, guía de Chonino, que se recuperaría y lograría salvar su vida luego de las graves heridas sufridas tras varias operaciones y de una larga convalecencia de 6 meses, gracias a pericia de los doctores del Hospital Churruca. Mientras que el oficial Jorge Ianni, moriría más tarde por las heridas recibidas.
Tras el enfrentamiento, la policía constata que Chonino, ya muerto, aún apretaba entre sus mandíbulas un trozo de la campera del delincuente al que atacó: era el bolsillo de su gamulán y en su interior estaban los documentos que lo identificaban. Gracias a este acto heroico, los maleantes fueron detenidos 5 días después en la provincia de Buenos Aires, hacia donde habían huido.
Cabe destacar que en la actualmente los restos de Chonino descansan en el Museo de la Policía Federal Argentina.
