Era mediocampista y calidad le sobraba. Comenzó su carrera en Unión Santiago y se dio el gusto de ascender a Primera División jugando para Gimnasia de Jujuy en 1994. Fue un crack, con una técnica envidiable, que jugó en clubes importantes y en la actualidad sigue ligado al fútbol como entrenador. Se trata de Roger Gerez (50), quien contó su rica trayectoria y las mejores anécdotas.
“Pino” es uno de los más ganadores de la historia “tricolor”. Su paso por los diferentes clubes.
– ¿Dónde fueron y en qué año sus inicios en el fútbol?
– Me inicié en 1985 en Unión Santiago. Tenía 15 años y teníamos como técnico a José Solbes.
– ¿En cuántos clubes jugó en su carrera?
– Jugué en Unión Santiago, Gimnasia de Jujuy, Güemes, Juventud Antoniana de Salta, Central Córdoba, Atlético Tucumán, Mitre, Ñuñorco de Tucumán y Vélez de San Ramón.
– ¿Qué es lo que más extraña de su carrera de jugador?
– Compartir entrenamientos y vestuario. Fue muy lindo vivir y convivir con compañeros.
– ¿Dónde vivió sus mejores momentos?
– Creo que mi carrera fue muy linda. A donde jugué, dejé algo importante.
– ¿Cuál fue la mejor anécdota?
– Lo mejor que me pasó fue hacer un gol jugando en Gimnasia de Jujuy. Le convertí a Laferrere. Al gritarlo, fui a la tela y la miré a mi mamá. Fue muy lindo.
– ¿Cómo pegaste el salto a Gimnasia de Jujuy?
– Nos venían siguiendo muy de cerca los entrenadores y dirigentes, tanto a mí como a Omar Orellano. Se dio que nos enfrentamos con ellos, jugando para Unión Santiago en la final del Torneo del Interior. Después de ello, emigramos a Jujuy.
– ¿Qué recuerda del ascenso logrado con Gimnasia de Jujuy a Primera?
– Recuerdo que teníamos un gran equipo. Nos dirigía “Pancho” Ferraro y tuve el honor de compartir con grandes jugadores. Ganamos muchos partidos jugando bien, algo que es muy difícil en el Nacional B. Fue en 1994 y ahí jugué con Omar Orellano, Asili, Dimas Ovejero, Mario Lobo, “Chato” Rosas, “Negro Guerrero”, Arzubialde, Víctor Jiménez, Domene, Fabio Moreyra.
– Si tiene que elegir su mejor entrenador, ¿quién sería?
– Tuve tantos y aprendí mucho de “Tato” Medina, “Kuki” Barrientos y “Pancho” Ferraro.
– ¿Un compañero?
– Tuve excelentes compañeros, sobre todo los de Unión Santiago.
– ¿Un partido?
– De los mejores fue el que jugamos con Unión Santiago contra Gimnasia de Jujuy y de local. Ahí pude convertir un gol y ganamos 2-1.
– ¿Cuántos títulos pudo festejar?
– Si no me equivoco, tuve el placer de festejar 25 títulos, en Unión Santiago, Gimnasia de Jujuy, Güemes, Vélez de San Ramón y uno ya en mi etapa como entrenador del “tricolor”. Fue en 2012, justamente el último logro de Unión Santiago.
– ¿Un referente?
– Siempre lo fue Enzo Francescoli.
– Y se dio el gusto de jugar junto a su hijo, en el club de sus amores, Unión Santiago...
– Jugar con mi hijo Cristian fue un momento lindo. “Yoyi” Ayuch era el entrenador y el PF Adrián Jiménez. Ellos me dieron esa gran posibilidad y de hecho, fue algo histórico en el fútbol santiagueño. Creo que fue en el año 2005, mi hijo tenía apenas 16 años y fue en un partido contra Mitre. Ese día ganamos, así que fue todo perfecto.
– Y nada menos que Daniel Alberto Passarella estuvo cerca de comprarlo para que fuera uno de sus jugadores...
– Sí, estaba en Gimnasia de Jujuy. En un partido contra All Boys me quebré el metacarpo de la mano izquierda. Me había hablado Passarella para comprarme e integrar seguramente River en ese momento. Hubiera sido muy lindo, pero no se dio. Siempre digo que el tren pasa una sola vez.
– ¿Cómo pasó a ser entrenador?
– Se dio después de jugar en mi último club, que fue Vélez Sarsfield de San Ramón. Al poco tiempo asumimos en Unión Santiago junto a Adrián Jiménez.
– Justamente ganó como técnico el último título que logró Unión Santiago en 2012...
– Sí, fue en 2012 con jugadores de la cantera, con el gran aporte del recordado Joaquín Gramajo, que era un crack. También de Cristian Zárate.
Para mí es un orgullo.
– ¿Cómo va con la cuarentena?
– Tranquilo. Por momentos se extraña todo, sobre todo lo que uno ama, que es el fútbol.
– ¿Le quedó alguna deuda pendiente?
– No creo que me haya quedado alguna deuda pendiente. Jugué desde los 15 hasta los 40 años y disfruté mucho de todo. Lo que sí me hubiera gustado es jugar en Primera A cuando ascendimos con Gimnasia de Jujuy, pero no dependía de mí, sino de Unión que era el club dueño de mi pase. Disfruté todo al máximo.