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Deportes #Entrevista

Alex Zaineddín: "Jugué 20 años al fútbol y lo disfruté al máximo"

El exmediocampista habló de sus inicios y de su gran carrera. Ahora es entrenador.

Alex Amado Zaineddín también dejó su sello en su etapa como futbolista y fue uno de los privilegiados que jugó en los grandes de Santiago (Central Córdoba, Mitre y Güemes) y en los dos clubes más importantes de La Banda (Sarmiento y Central Argentino).

 

 

No solo ello, sino que también rindió, fue campeón en todos lados y jugó en el fútbol tucumano. El exmediocampista, quien se caracterizó por ser muy aguerrido, habló de todo lo que vivió en su carrera en una entrevista imperdible con Nuevo Diario.

 

 

– ¿Cómo fueron y en dónde tus inicios en el fútbol?

– Era un niño y vivía prácticamente en Unión. Tal es así que quería jugar ahí, pero era tan chico que el técnico de ese entonces no me ponía.  Sin embargo, un día en un torneo de baby fútbol que se disputó en la Ciudad del Niño me vio Aníbal Romano y me llevó a Mitre. Ahí comencé  y realicé todas las inferiores hasta llegar a Primera con 17 años. Debuté de la mano de Luis Ricardo “Kuki” Barrientos.

 

 

– ¿A dónde diste el salto después de Mitre?

– Siendo jugador de Mitre,  me llevó Sarmiento como refuerzo para disputar un Torneo del Interior. Me sentí bien en ese club, hice un gran campeonato y me quedé a jugar la Liga Santiagueña. Fui campeón en el “profe”. Luego de ello, Central, que acababa de ascender al Argentino A en 1998, necesitaba de mis servicios y me llevaron de refuerzo. Y eso me trajo un problema grande, ya que Mitre no quería cederme. Yo jamás lo dudé,  era la oportunidad de pegar el salto que tanto había buscado en lo deportivo y en lo económico, y me llegó todo junto. Solo tenía 23 años recién cumplidos y eran épocas donde la mayoría de los planteles lo conformaban jugadores más grandes.

 

 

– ¿Qué es lo que más extrañas de tu etapa de futbolista? 

– Es muy difícil aceptar que ya no vas a jugar. Tuve la suerte de estar adentro de una cancha 20 años y lo disfruté al máximo. Tengo casi todo gracias al fútbol, y ahora siendo entrenador, también se lo vive de adentro y el día a día sigue siendo importante para mí, más allá de no ser más jugador profesional.       

 

 

– Si tienes que elegir al mejor entrenador que tuviste, ¿quién sería?

– Sin lugar a dudas que Ricardo “Kuki” Barrientos, un tipo que hasta ahora como entrenador siguió enseñándome y aconsejándome. Me dio el reto más duro de mi vida y fue ahí donde me marcó el camino. Estoy eternamente agradecido. Hubo otros que también me dejaron enseñanzas importantes, como “El Capo”  Noriega, “Pollo” Roldán, Alcides Merlo y el “Loco” Valoy.

 

 

– ¿Un compañero?

– La verdad que tuve muy buenos compañeros y sería ingrato de mi parte nombrar uno, ya que fui un tipo muy querido siempre en los grupos, pero me quedo con “Pupi” Storniolo, quien es un amigo y fue compañero de habitación, de concentración y de viaje durante muchos años en Central Córdoba. No nos separaba nadie y éramos los únicos en levantarnos a las 12 (risas).

 

 

– ¿Un referente e ídolo en tu puesto?

– Un referente la verdad no tuve, y un ídolo tampoco, pero sí admiré y traté de imitar al “Negro Enrique” (ex-River y Selección Argentina). En tanto que en mis inicios copié y miré mucho a Orlando Leiva, un clásico volante derecho y a quien lo tenía de compañero. Me sirvió muchísimo tenerlo. Quizás él nunca se enteró de mi admiración. Imité también el salto de “Melón” Suárez y el frentazo a Alejandro Peralta. Gracias a ello, terminé siendo un gran cabeceador y pude marcar muchos goles con el juego aéreo.

 

 

– ¿Quién fue el jugador que más te impresionó por su calidad y juego?     

– Percudani. El ex-Independiente nos tiró toda su experiencia y categoría en la final del ascenso que jugamos con Sarmiento de La Banda. Él jugaba para Almirante Brown de Arrecifes. Aquella vez perdimos esa final y no pudimos ascender.

 

 

– Sos uno de los pocos privilegiados de jugar en los clubes más grandes de Santiago...

– Así es, me siento un privilegiado. Quizás si alguien me hubiera dicho cuando comenzaba que iba a jugar en los grandes, a lo mejor no se daba. Pero se me dio todo. Jugué en los tres más grandes de Santiago y en los dos más grandes de La Banda. Fui campeón en todos, me faltó en Güemes. 

 

 

– ¿Qué recuerdas de tu etapa jugando afuera de la provincia?

– Fue una linda experiencia jugar en Concepción y Sportivo Guzmán, que son clubes importantes en Tucumán. Al jugador santiagueño lo respetan mucho. 

 

 

– ¿Cuántos títulos ganaste como jugador y cuál es el que más te quedó en la memoria?

– Me tocó ser campeón de cuatro torneos. Fui campeón en Central, Mitre, Sarmiento y Central Argentino. En tanto que con Unión Santiago formé parte del equipazo que logró clasificar al TDI en 2005. También ascendí en Independiente de Fernández, en 2014, cuando volví a jugar tras haber sido DT en Central Argentino. Con “Inde” subimos del Torneo del Interior al Federal B. Pero dentro de todos esos logros, me quedo con la final que le ganamos a Mitre en 1999, en cancha de Unión. Lo hicimos por penales y clasificamos al Argentino B. Gracias a ello, somos parte de la historia grande del “ferro”. Si perdíamos, nadie se hubiese acordado de nosotros.

 

 

-¿Cuál es la anécdota más linda que te dejó tu carrera?

– La más linda la cuento siempre. Fue mi primer sueldo. Recuerdo que esa vez me dicen que pase a cobrar y tenía apenas 17 años. A un compañero le había comentado que si me daban 30 pesos, era Gardel (risas). Cuando llego para cobrar, veo el recibo y decía que me correspondían 80 pesos. No lo podía creer. Salí del club y fui derecho al centro (risas). Me compré unas zapatillas Adidas, que eran mi sueño.

 

 

– ¿Cómo pasaste a ser entrenador y en qué año?

– Mientras jugaba hice el  curso de técnico. Tenía 33 años y comencé a dirigir a los  36. Mi primer club fue Central Argentino en 2010. No me fue mal, pero me tocó estar en la peor época institucional del club.

 

 

- ¿Qué opinión te merece todo lo que se está viviendo en el mundo con la pandemia?

– La pandemia fue algo inesperado e inusual en nuestras vidas. Nosotros los santiagueños, por ejemplo, siempre pensamos que no nos va tocar lo que se ve por la tele, pero esta vez nadie quedó afuera. Por suerte, en nuestra provincia se están tomando todas las medidas para que el virus no se propague.

 

 

– ¿Alguna deuda pendiente?

– Podría haber llegado más lejos. Te diría que fui un caso raro. Era el jugador que más insultaban y, a la vez, el que más querían tener en sus clubes. Cuando voy a ver a Central Córdoba, me piden que vuelva a jugar (risas). Soy un agradecido.

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