Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Política

Elecciones (margaritas y algo más)

Concluido el escrutinio definitivo es tiempo de analizar los resultados desde el prisma de la tranquilidad y con los números sobre el escritorio.

Los guarismos que arrojan las elecciones del pasado domingo evidencian la supremacía del Frente Cívico en 25 de las 26 comunas en las que los santiagueños concurrieron a las urnas.

 

El signo unívoco es la convalidación de la santiagueñidad y el exitoso plebiscito a las políticas implementadas desde la coalición liderada por Zamora en la provincia.

 

Muestra palmaria de lo anterior son los triunfos de Norma Fuentes, en Capital, con el 63 por ciento y el de Antonio Bittar en Ojo de Agua con casi el 70 por ciento.

 

 

 

Deshojando margaritas

 

Para comprender las consecuencias primero hay que analizar los antecedentes. Y hay distritos electorales que son icónicos en el contexto.

 

El mensaje de Zamora fue único e indisoluble: A los dirigentes, militancia; y a la sociedad, plebiscito. Puso en manos de la ciudadanía la decisión de elegir el destino de sus comunidades en base a pilares que pueden resumirse en tres tópicos fundamentales: inclusión social, responsable administración de las cuentas públicas e incesante apuesta a expandir la red de obras de infraestructura.

 

Desde la oposición al zamorismo, diversas fueron las estrategias para “derrumbarlo” electoralmente. “Para muestra un botón (o un par de ellos), los demás a la camisa”, reza el dicho popular. Comencemos.

 

Añatuya. Tal vez el paradigma de la santiagueñidad. Una ciudad prácticamente “invadida” por los delegados del gobierno de la Nación, cuya “generala” política es —sin dudas— la dirigente Margarita Barrientos.

 

Barrientos bajó el mensaje de “cambio”: confrontó con el oficialismo, denostó las políticas públicas implementadas, exhibió su “obra” en la ciudad haciendo hincapié en la pobreza y llegó hasta protagonizar un fugaz —pero “raitinero”— paso por el programa de Marcelo Tinelli. Amagó con ser candidata y luego desistió.

 

El momento cúspide de la estrategia se consolidó con la aceptación del presidente para  participar de la inauguración del Hogar de Abuelas en la “Capital de la Tradición”. Y así fue. Esa jornada iba a marcar un punto de inflexión fundamental en procura de doblegar al zamorismo en las urnas. Tras la visita, un notorio exitismo ganó las filas de Cambiemos, más aún por la generosa difusión que tuvo la noticia tanto a nivel local como nacional.

 

Fue, junto con Pinto, una de las peores elecciones de Cambiemos en Santiago. Los vecinos de Añatuya le dieron el 2.73% de los votos al candidato de Margarita Barrientos. Un “desastre” electoral, si se tiene en cuenta que el Frente Cívico en sus distintas vertientes logró el 94 por ciento. En números, es aún más claro: El 2.73 por ciento de Cambiemos representa tan sólo 487 votos y el Frente Cívico alcanzó, en conjunto, los 16.751 sufragios.

 

Margarita Barrientos no pudo torcer con sus acciones el destino de un pueblo convencido y fue la “generala” de la derrota. Para ella, el último pétalo de la margarita popular cayó en “nada”.

 

 

 

“Casi Santa Fe”, pero bien santiagueña

 

Selva. El presidente disfruta de empanadas santiagueñas en la casa de Mabel Díaz, una vecina que le había escrito una carta a través de Facebook. Narran las crónicas que dialogaron amenamente y que luego recorrieron las calles del municipio gobernado por el Frente Cívico.

 

Otra inyección de entusiasmo en las filas de Cambiemos. El broche de oro lo puso, una vez más, la cúpula nacional de Cambiemos cuando dispuso que sea aquella vecina a quien visitó la candidata a intendente. Mabel Díaz fue ungida y “no había forma de perder”.

 

Como una paradoja del destino, la derrota fue categórica, con el 6,88% de los votos frente al 93,13 por ciento de las dos vertientes del Frente Cívico. Una muestra más de santiagueñidad y apuesta al futuro desde la realidad del presente. La localía fue aplastante.

 

 

 

En boca del mentiroso…

 

Fin de “fiesta”. Sin Concejo Deliberante, Emilio Rached apuró en Pinto estrategias de supervivencia política. Para lograrlo no escatimó en falsas promesas y en trazar una realidad municipal inexistente. Las mentiras calaron hondo entre los vecinos al punto de la indignación. Los resultados del plebiscito de gestión son más que categóricos: El Frente Cívico se impuso por el 52,91 por ciento de los votos y Cambiemos mordió el polvo de la derrota perdió en el único municipio que gobernaba.

 

El fenómeno social no es nuevo y se sucede desde hace doce años de liderazgo político del Frente Cívico. No lo aseveran estas líneas, lo ratifican los números de las sucesivas elecciones con altísima participación de votantes. “Para un santiagueño no hay nada mejor que otro santiagueño”, valdría en resumen una frase plagiada al peronismo. Pero, por sobre todo, desde la localía se sabe —y otra vez plagio— que “la única verdad es la realidad”.

 

 

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso