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Deportes Ex delantero de Central Córdoba

Pablo Federico Díaz, ídolo total

Está cumpliendo 68 años. Nació el mismo día que cumple años el club y como cada año, visitó nuestra redacción, para repasar su historia.

— Cumplirá mañana (hoy) 68 “pirulos”, ¿qué sensaciones tiene?

 

— Gracias a Dios estoy muy bien de salud, me cuido mucho, llevo una vida sana, no me desvelo. Solo me duele un poco la rodilla derecha, la que fue operada en su momento, pero nada que no se pueda sobrellevar. Cosas que seguramente les pasarán a muchos futbolistas. A mí no me duele nada, de nada, excepto la rodilla. Me siento un chango todavía.

 

— Qué cosas del destino, cumplir años el mismo día del club del que es el ídolo máximo...

 

— Es una satisfacción enorme cumplir años el mismo día del club y festejar las dos cosas juntas. Supuestamente, para la gente, soy el ídolo. Yo no digo eso. Tampoco digo que soy mejor que otro. La verdad que el hincha en general, el hincha del fútbol, me quiere un montón, me saluda por la calle, me reconoce, no solo el hincha de Central, sino muchos de otros clubes. Eso es algo lindo, quiere decir que uno hizo las cosas bien en su momento dentro de la cancha y, además, que soy una buena persona, por eso la gente me quiere. Yo soy sencillo, humilde y los saludo a todos, y ellos por eso están siempre conmigo.

 

— Imaginamos que lo puso contento el hecho del reciente ascenso logrado por Central Córdoba.

 

— Por supuesto que sí, fue una satisfacción muy grande que el club ascienda de categoría. Ahora me parece hay que dejarlo trabajar a este muchacho que está como técnico (Gustavo Coleoni), porque demostró que sabe lo que hace. Ojo, yo no fui nunca a verlo al equipo a la cancha. Sí lo seguí por la radio o cuando lo pasaron por televisión. Y la gente con la que me crucé, me comentaba siempre que jugaba bien el equipo. Me puso muy feliz el ascenso.

 

— ¿Por qué no fue a la cancha?

 

— Estoy alejado de la actividad y también de Central Córdoba, pero no porque me hayan hecho algo o esté dolido con alguien en especial, no, nada que ver. Simplemente porque creo que ya cumplí mi ciclo. Es por eso que me dedico a mi familia, a mis hermanos, a mis amigos.

 

— Y es por ello también el festejo especial de mañana (hoy) en su casa.

 

—Sí, por supuesto, es un día especial. Cumplo años el mismo día que “mi casa”, que es Central Córdoba, porque así es como lo siento. Voy a estar con mucha gente amiga, exjugadores de todos los tiempos, a los que no quiero nombrar por temor a olvidarme de alguno, voy a estar con muchos amigos especiales, con toda mi familia, mucha gente buena. Invité al gobernador Gerardo Zamora, espero que me haga el honor de venir a mi humilde casa; también al contador Atilio Chara, son muy buena gente todos. También al ministro Ángel Niccolai, “Puchi” Paz Trotta, Alfano, al director de Vialidad y, por supuesto, mucha gente amiga más. Ojalá que vayan todos, aunque sea cinco minutos. Será un honor recibirlos.

 

— Si usted tendría que armar un equipo ideal de Central Córdoba, ¿a quiénes mencionaría?

 

— Yo elegiría a los siguientes once: Antonio Carot; Alfredo Mackeprang, “Pepe” Casares, Oscar Lobo y Alberto Chazarreta; Orlando Bucci, “Pieri” Saganías y Manuel Rojas; Luis Barrientos, Pablo Díaz y “El Potro” Sánchez. Compartimos muchas cosas lindas con todos ellos, por eso la elección.

 

— ¿Contabilizó cuántos campeonatos ganó o cuántos goles marcó en su carrera?

 

— La verdad que no, no tengo ni idea. Sé que fueron muchos, tanto campeonatos como goles, pero ni idea cuántos. Si digo un número les estaría mintiendo. Quizás fue un error no hacerlo. Hoy en día eso es algo importante, lo de las estadísticas. Antes, quizás, no lo teníamos mucho en cuenta.

 

— ¿Qué gol recuerda más, entonces?

 

— Uno que hice en La Rioja, ante Andino, fue muy lindo. Ese día hice dos goles. Era jovencito y andaba volando. Otro: una vez jugando un clásico con Mitre, me acuerdo patente, me dio un pase ‘Cacho’ Cardozo, la bajé con el pecho, me di vuelta y Pedro (Peio) Regatuso y un muchacho Gómez, que también jugó en Sarmiento, me marcaban. Los dos retrocedieron juntos, yo me di un autopase y rematé a donde duermen las arañas. Qué golazo hice esa tarde. Obvio que yo le pegué para hacer gol y no para meterla ahí, pero así es el fútbol y se metió en el ángulo. También me acuerdo uno que le hice a Central Córdoba, más precisamente al “Coñalo” López (Juan Carlos), jugando yo para Güemes, en la cancha de Mitre. No la dejé bajar y la clavé arriba. Tremendo golazo.

 

— Jugó también en el fútbol grande, en Racing, por ejemplo...

 

— Sí, Central Córdoba me vendió a Racing. Ahí jugué con el “Pato” Fillol, “Quique” Wolf, con el “Panadero” Díaz, que hace poco falleció, con Nelson Pedro Chabay, el “Chango” Cárdenas, Daniel Onega, que venía de River, y Carlos Squeo, entre otros. También jugué en Platense. Ahí anoté 18 goles. El técnico era Antonio D’Accorso. Él me ponía de diez. Me acuerdo de muchos compañeros también y los recuerdo a todos con muchísimo cariño.

 

— ¿Qué le diría al hincha de Central?

 

-Que lo pasen bien todos los hinchas y por supuesto, también el club Central Córdoba. También me gustaría invitar a mi festejo a mis amigos Jorge Herrera y el “Negro” Cejas, excompañeros míos de Casa de Gobierno, a quienes por este medio los invito a mi casa y les digo que los espero mañana.

 

El Mundial 2018

 

“Me parece que Sampaoli tiene que darle la posibilidad a Meza, de Independiente, y a Pavón de Boca. No llevar jugadores lesionados, sino aquellos que estén en su mejor momento. Lautaro Martínez, por ejemplo, estaba pasando un buen momento, pero ojo, hay que tener cuidado. Me parece bien que no lo lleven todavía, es un chico que tiene condiciones, pero no es lo mismo jugar en la liga local que en un Mundial. Ahí van los mejores del mundo. Entonces, no lo apuremos”.

 

Un mal recuerdo

 

“Jugamos un clásico con Güemes, en cancha de Central. Recuerdo que el árbitro cobra un foul cerca del área y cuando nosotros estábamos armando la barrera, el ‘Moro’ Salazar ejecutó el tiro libre y marcó el gol. El árbitro era Obdulio Zelada y salió corriendo para la mitad de cancha, convalidando el gol. Me transformé, me volví loco y fui a reclamarle. Le pegué. Me expulsó, como correspondía. Fue un error y es algo de lo que siempre me arrepiento. Hoy en día, siempre le pido perdón, porque reaccioné de manera impetuosa. Hoy, con Obdulio (Zelada) nos saludamos bien, tenemos una buena relación, de mucho respeto mutuo”, recordó.

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